domingo, 30 de noviembre de 2014

No, no me imagino…


No me imagino en una silla de ruedas, viejo, sin poder caminar, con mi mujer, atrás, empujándome. No, no me imagino. Tampoco, cumplan su deber  mis hijos, ellos son indiferentes como su madre.
Decrépito, yo, ya no estará  mi madre. Con mi hermana no cuento porque se dejará llevar por su marido y éste pata no me pasa ni le paso. Mis hermanos  varones, sufriendo cómo parar la olla, después, supongo, para ellos mismos será peor: se disculparan pronto que no puedan estar pendiente de mí por diferentes razones; o sea,  no tendré a nadie que cuide de mí.
Tengo que ver la forma de acabar  mi vida  ahora que aun puedo subir un cerro o un puente. Tengo que pensar y tomar decisiones.
O, tal vez, me anime  dar un fideicomiso a un  asilo; comprar, hoy, al contado un sepelio con funeral incluido, cargadores y plañideras, que me lloren de mentira siquiera.
O, tal vez, ir al pueblo de mi padre los últimos años, como he visto hace poco que he ido por ahí: viejitos que han hecho su vida en ciudades de la costa pero han regresado a su pueblo serrano a pasar sus últimos años.  Me percaté que salen de sus casas después de almuerzo,  se sientan en los bancos de la única plaza toda la tarde y conversan entre ellos las últimas novedades: quién ha llegado para que le cuente los últimos chismes, quién se fue (quién murió)  porque habrá comida después del entierro, o,  tal vez, un coñac Remy Martin o un Courvoisier -depende la familia del muerto-, o, modestamente, un Chamis (licor barato  con té caliente)
 Y al caer la tarde vuelven  a su casas a sentarse sobre un ladrillo en la pequeñas cocina de adobe y techo de paja a  contar a sus nietos o bisnietos sus aventuras y desventuras en la ciudad bajo el calor de la lumbre del fogón que centella leña y carhuata (bosta seca de ganado)
 Tal  vez podría volver al pueblo de mi padre a morir pero nadie me conoce por lo que aún tengo tiempo de hacer amigos viejos siendo viejo yo también.  Espero que hasta que  mi final llegue pavimenten de asfalto  las calles del pueblo y coloquen faroles en las esquina   porque un  tropezón  en la oscuridad me rompería  la crisma antes de tiempo,  y mi casa está a la salida del pueblo, cerca al panteón, también,  de barro.
Total, si no me hacen ninguna ceremonia puedo caminar unos pasos al camposanto a enterrarme  yo mismo.


(Con este dolor en los abductores que se desparrama por la rodilla  y canilla por un lado; y por otro,  el dolor del hombro  que no puedo voltear a la izquierda ni mirar a las muchachas en los pisos altos ; y por  otro más: el zumbido del oído y el dolor en el trapecio ¡Ay de mí!)

sábado, 29 de noviembre de 2014

¡No, a los libros resumidos!


Uno de los libros clásicos que marcaron mi historia lectora: El primero fue Pinocho, de que ya conocía la historia pues estaba entre mis cuentos, en una edición resumida de editorial Sigmar de Argentina, de 10 o 15 páginas. Recuerdo que estaba en tercero de primaria, tenia 8 años cuando la mamá de una amiga me prestó una bella edición, integra, deliciosamente ilustrada y me di cuenta de que había sido engañada con mi edición de Pinocho que no pasaba de ser algo más que una anécdota divertida. Ese fue uno de los hallazgos más importantes, y yo misma, sin que nadie me lo dijera o advirtiera, empecé a fijarme en que los libros que leía no fueran  resumidos, simplemente porque no quería perderme nada de la historia.


Gloria María Rodríguez

viernes, 28 de noviembre de 2014

El mosquito


Aquel pequeño mosquito
Pensó que el pabellón de mi oreja
Era  mirador de donde se podía divisar
Pero ágil al sacudirlo con mi dedo se incrustó dentro
Ahora me molestan los pataleos de su agonía
Quebrado sus alas, trozado su corazón…

Así era ella conmigo, tenía un genio raro y bravo
Su boquita fácil de  mancillar, herir
Y encima se molestaba
Cuando yo me quejaba.


 

jueves, 27 de noviembre de 2014

Mi ciudad serrana


Mi ciudad serrana tiene cristal en el cielo,

rayos robados en la retama

y cristales de rocío en la alfalfa.

Las gentes caminan cantando

y los ríos silban

todo el santo día.

Las tunas y las guindas se caen

de madura.

Y el picaflor se llena

de tumbo en tumbo el buche.

A mi ciudad serrana la hizo Dios

muy de mañana.

 

María Marian

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Venid a ver el cuarto del poeta



 Desde la calle
hasta mi corazón
hay cincuenta peldaños de pobreza.
Subidlos.
A la izquierda.

Si encontráis a mi madre en el camino
cociendo su ternura a mi tristeza,
preguntadle
por el amado cuarto del poeta.

Si encontráis a Evelina
contemplando morir la primavera,
preguntadle
por mi alma
y también por el cuarto del poeta.

Y si encontráis llorando a la alegría
océanos y océanos de arena,
preguntadle
por todos
y llegareis al cuarto del poeta:

Una silla, una lámpara,
un tintero de sangre, otro de ausencia,
las arañas tejiendo sordos ruidos
empolvados de lágrimas ajenas,
y un papel donde el tiempo
reclina tenazmente la cabeza.

Venid a ver el cuarto del poeta.
Salid a ver el cuarto del poeta.
Desde mi corazón
hasta los otros
hay cincuenta peldaños de paciencia.
¡Voladlos, compañeros!

(Si no me halláis
entonces
preguntadme
donde estoy encendiendo las hogueras).

César Calvo

Michifeo


¡Pobre mi gato! Está más viejo. Como yo.
Varios meses sin verle, hoy, por fin, lo encuentro
Retozando en el jardín a todo su largo.
Lo llamo por su nombre: ¡Michifeo! Aguza la cabeza
(Su madre tenía un antifaz como  Batman
Su nombre  lo heredó  aunque éste no tiene disfraz)
Maúlla y viene hacia mis piernas
Para que lo levante como solía hacerlo
Cosa que quiero
Pero mi mujer me apura y me dice:
¡Deja lo que tienes que dejar y vuélvete!
¡Pobre mi gato! Se alboroza y pronto le despido

No comprende lo que nos pasa.

martes, 25 de noviembre de 2014

Morfeo


Están trabajando al costado de mi tienda
Evacuando harto desmonte acumulado
Hay una pequeña frontal y un volquete.
En mi trastienda  un poco de demuela
Producto, la refacción de  medio baño.
Nada costaría pedirle al vecino un favor
Adjuntar a su tolva ese pequeño residuo,
Solo esfuerzo mío  acarrear hasta el frontis
Cinco latas, a lo más, de ripio y desechos.

Reparo: ¡Ya no tengo tienda, debe ser un sueño!
Entonces, antes de laborar prefiero despertar.
¡Hasta en el universo de Morfeo soy flojo!


lunes, 24 de noviembre de 2014

¡Me duele el diente! (Cuenta mamá)


Por aquel tiempo  -1967-  Juana y Chante (1) vivían en nuestra casa. Yo, en realidad, les empecé a tener cólera porque desde que llegaron le dieron nuestro catre matrimonial a ellos y nosotros bajamos a una tarima barata. Pero no dije nada,  Chante era sobrino carnal de mi esposo.


Pero sí, reconozco, tragaba yo amargura. Una vez la Juana que a veces me ayudaba en la cocina preparó una sopa tan  fea y grasosa. Yo no comí. Pero después llegó mi esposo. Juana le sirvió y yo expectante esperaba que mi marido se quejara pero no,  se lo comió gustoso.

Entonces, al estar solos, le dije: ¡Aja, que bien comes  la porquería que te prepara tu sobrina! Le sorprendí, y agregué:¡Pero si yo  prepararía algo así seguro que te quejarías!  

Y el, herido o descubierto, me aventó  el plato por la cara, menos mal vacío. Yo tomé una escoba y le di por los brazos, por el cuerpo. De esa manera me desfogaba las desavenencias no despedidas de mi alma, de la pobreza en que vivíamos, de todo. Peleamos.

Terminado, se fue de la casa. Orgullosa no pregunté nada. No vino esa noche. Al día siguiente fui a buscarle ¿A dónde  puede haber ido?, me preguntaba. En la cercana casa de  su otra sobrina, Candelaria, no estaba. En la casa de mis padres, cerca también a la nuestra, desde el primer momento pensé que no se atrevería a buscar refugio en casa de suegros pero fui, disimulada, y tampoco estaba. ¿A dónde puede haber ido?, me preocupaba.  Nunca en  16 años de matrimonio me había hecho eso. Descartando  otros sitios  no me quedó otra alternancia  especular que se había ido a su pueblo. 

Fui, al acabar la tarde, a la única agencia que expende pasajes y encomiendas a ese pueblo  y pregunté al empleado si un tal, di su nombre completo,  había comprado un pasaje el día de ayer. En efecto, estaba registrado. Me tranquilicé.

Pero era su mujer,  tenía que estar conmigo,  espere una semana, no volvía. Un mes, nada,  ese dolor de su ausencia me propinaba preocupación,  esa soledad me abrumaba ¿Por qué tuve que cuestionarlo? Me auto culpaba. Creía ser la causante. Hasta me salía roncha.  Un llanto manso me apremiaba  al ver su silla, en el comedor, vacía.

Mi voz perdía su volumen pero a veces gritaba pero con una toalla puesto en la cara para que no me oyera  mis sobrinos.

 Pero lo que quería contarte, hijo,  era que tu hermanita  de siete años, en ese tiempo, a los pocos días que se fue tu papá lloraba y lloraba

¿Qué pasa?, le pregunte, y ella decía: Me duele el  diente. Le llevé  al dentista, la revisó y no tenia nada. Pero me dio un relajante, un día estaba bien pero luego volvía a llorar.  ¿Qué pasa hijita? , volvía a preguntarle y ella volvía a responderme: Me duele el diente. Le llevé a otro dentista e igual este dijo: No tiene nada, pero ante mi preocupación, perspicaz, me preguntó:¿No habrá pasado algo en casa que la haya traumado?

Entonces comprendí que en ese momento de furia no me di cuenta que ella, seguramente, nos había visto pelear e irse abruptamente a su padre.

Yo, preocupada en mí, egoísta, no le había dado la necesaria  explicación a mi hija.

 Ella se moría de pena por su padre, entonces fui en su busca al pueblo a ponerle al tanto que su hija se deprimía pero, en realidad, yo también me moría por él. 
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 (1)Santiago

domingo, 23 de noviembre de 2014

César y Chabuca


 Sobre César Calvo, aquel bello pariente de los pájaros, se han tejido fabulosos relatos que si no son ciertos, valdría la pena que lo fuera, …como aquella que cuando entabló amistad con Chabuca Granda. El –cuenta- se acercó y le dijo:
Señora, yo me llamo César Calvo. Me miró medio desconcertada, como preguntando ¿Qué?, y yo le dije:
Sabe, quiero que me disculpe una cosa, yo soy mitómano de profesión. Entonces me miró con terror.
Yo ando diciendo que la canción Puente de Los Suspiros, que usted acaba de dar a conocer me la dedicó, que yo soy el poeta que la espera en aquel puente. En esa época vivía en el Puente de los Suspiros, en la bajada, en el 363. Chabuca estaba asustada.
Yo quiero pedirle un favor, no me desmienta cuando lo pregunten. Así empezó una gran amistad.
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Introducción  por Omar Aramayo del poemario César Calvo

Matilde Pinchi Pinchi , Rosita

…Según ese ministro, en los consejos de estado que se hacían en el despacho de Montesinos, éste a veces se levantaba de la mesa y pedía un minuto para salir a orinar. Pero que en lugar de ir al baño, corría hacia su habitación, ubicada a unos cincuenta metros del salón de directorio (el SIN-Servicio de Inteligencia- era su  oficina, su casa y su dormitorio a la vez) Ya que allí siempre lo iba a estar esperando una mujer complaciente que él había  presentado a todos como su masajista, aunque  en verdad era su tesorera: Matilde Pinchi Pinchi, alias Rosita….

Vlademiro Montesinos tenía varios servicios de putas a su disposición, y uno en especial minuciosamente elegido. Con chicas selectas. Distinguidas. A-1 como le encantaba decir.  

En sus tempranos años de asesor había hecho que las trajeran desde Buenos Aires. El había vivido allí durante algún tiempo y hasta tenía un permiso de residencia en Argentina obtenido después de que lo expulsaran del ejército, acusado de traición  a la patria. Es posible que pensara primero en mujeres argentinas para no dejar pistas…

Su principal proveedora de mujerea había sido durante muchos años Matilde Pinchi Pinchi. .. Era un importadora de bisutería que había sido cliente de Montesinos cuando el ejercía de abogado. Desde entonces venía una rara amistad entre ambos, a prueba de intrigas que  solo se dan entre parientes y que seguramente   debían haber compartido necesidades, ambición, complicidad y también la cama….

Con el correr del tiempo Matilde Pinchi Pinchi había ascendido en el escalafón de servidores del asesor. Se había vuelto guardiana y administradora de su dinero. Ya  no tenía que buscar chicas para él. Ahora  seleccionaba a las vedettes.

En realidad, nadie tenía que buscarlas: llegaban solas….

 
Toño Angulo Daneri/ del libro Llámalo amor si quieres.

 

sábado, 22 de noviembre de 2014

Madres a la fuerza


Llegué a Lima procedente de Pucallpa  a los 6 años con mi familia. Al poco tiempo mis padres enfermaron. Mi madre, de cáncer a los ovarios, y mi padre,  de cirrosis. Primero murió mi padre, así que, con mi mamá enferma quedé al cuidado de mi tía que enseguida me puso a trabajar de mesera. Mi tía me metió a la fuerza a trabajar en un restaurant, yo limpiaba la mesa.
El era cliente y me dijo para salir. Yo le dije que no, pero mi mamá me dijo que lo aceptara. Ella quiso que yo me metiera con él porque lo veía bueno y pensó que me iba a cuidar cuando ella se muriera.
Cuando mi madre murió opté irme a vivir con el hombre, él tenia 40 años, yo once, un día mi tía me sacó de los pelos de la casa del hombre pero yo me regresaba a la casa del señor, yo  le tenía respeto, quedé embarazada a los once años y cuando tenía tres meses de gestación me escapé porque él iba  a querer que aborte.
La policía me encontró caminando por un mercado y me trajeron a acá, al Cedetep.

 

 (CEDETEP: Centro de Desarrollo Productivo/ Prolongación Ferrocarril/ VMT)

viernes, 21 de noviembre de 2014

La Psiconeuroinmunobiología


Lo que  quiere el corazón la mente se lo muestra. La confianza en uno mismo, el entusiasmo en uno mismo y la ilusión favorecen la capacidad del cerebro, la zona pre frontal es influida por el sistema límbico que es nuestro cerebro emocional.

La Psiconeuroinmunobiología es una ciencia que estudia la relación de los pensamientos, palabras, mente y fisiología.

Un minuto de pensamiento con stress negativo deja el sistema inmunitario en una situación delicada  durante seis horas: lesiona neuronas de la memoria y del aprendizaje,  del hipocampo: deja sin riego sanguíneo aquella zona  del cerebro más necesaria para tomar decisiones.

Recursos para combatir el enemigo interior:

Llevar la atención  a la respiración abdominal que produce cambios en el cerebro: favorece la secreción de hormonas como la serotonina y endoformina  y mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los dos hemisferios.
La transformación  del observador (nuestra esencia)se altera ante el proceso deprimente por mala acción del observado(nosotros).
La mayor parte de los actos de nuestra vida se rigen por el inconsciente. Reaccionamos según automatismos que hemos ido incorporando. Pensamos que la espontaneidad es un valor pero para que haya espontaneidad primero ha de haber preparación sino solo hay automatismos.
Cuando decimos Voy  a hacer esto y no lo hacemos se alterara físicamente nuestro cerebro.
El mayor potencial es la conciencia.
Ver lo que hay, y aceptarlo. Si nos aceptamos por lo que somos y por lo que no somos, podemos cambiar. Lo que se resiste persiste. La aceptación es  el núcleo de la transformación.

Salomón dijo: El corazón alegre constituye buen remedio y hace que el rostro sea hermoso; pero el espíritu triste seca los huesos.

 (Doctor Mario Alonso Puig, médico del Harvard University  Medical School NY Nació 1955)

jueves, 20 de noviembre de 2014

La oruga que quería volar

La oruga
Años perdidos ¡Muchos años perdidos!
Años perdidos para el mundo
Mejor dicho, nos perdimos de él
El mundo no espera sigue su órbita.

Años más, años menos,
Haciendo el balance
Yo he perdido más.

Tú y yo en un chamizo
Que creíamos un Edén
Hicimos de aquel tabuco
Nuestras propias estaciones
Nuestra tibia noche
Nuestro grato amanecer.

Años perdidos ¡Muchos años perdidos!
Años perdidos para el mundo
Mejor dicho, nos perdimos de él,
El mundo no espera sigue su órbita…

Nadie supo nuestra existencia
Solo veíamos las estrellas
A través del tragaluz,  del cobijo,
Hablábamos tanto y tanto
Que solo silenciábamos
Para instruir nuestra febril piel.

Años perdidos ¡Muchos años perdidos!
Años perdidos para el mundo…

Hoy, estás con otro, muerta para mí
(La oruga quería salir del capullo  para volar)

Pero si yo muero hoy, solo tú serás testigo
Si lo quieres rememorar.

¿Quién otro sabrá que hemos existido esos años?
Solo mi recuerdo y éste se va conmigo.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Lima en 1803 (visto por Alexander von Humboldt)


En Europa nos habían pintado a Lima como la ciudad del lujo, elegancia y la hermosura del bello sexo. No vi nada de aquello.

Por lo que toca a la cultura social no se puede comparar con La Habana ni mucho menos con Caracas… Un teatro mediocre y poco concurrido y una plaza de toros muy vistosa, aparte no existe ninguna otra diversión…Por la noche la suciedad de las calles están adornadas con perros y burros reventados…

Lima es el último lugar de América donde nadie quisiera vivir.

En Lima no he aprendido nada del Perú, está  más separada Lima del Perú  que de Londres.

martes, 18 de noviembre de 2014

La moto tuk tuk


La moto tuk tuk tenía que llegar de la India a Londres, días antes del inicio de los juegos olímpicos del 2012.
La segunda etapa comprendía salir de Londres, días después de la inauguración y llegar a Rio de Janeiro.  Eran dos conductores, cada uno manejaría una hora.
Saliendo por el sur de Londres la embarcarían, los dejaría  en Francia, de ahí a los Pirineos, Barcelona, donde conocieron en una filmación a Elijah Wood el protagonista del Señor de los Anillos. Luego irían por Italia, Eslovenia y Croacia.
Tomaron otro barco que los dejó en África. En Uganda y Botsuana  viajaron rodeados de elefantes a quienes no le hacia gracia el sonido de La moto tuk tuk.
En Nepal probaron manjares del lugar: roedores, escorpiones  e insectos en saltados y al vapor.
De ahí en avión llegaron a América Central.

En Chepén, Perú, la  moto tuk tuk dejó de funcionar casi por llegar a la ciudad de Chiclayo y lo iban jalando  la moto en un arnés por el descampado cuando ven una moto parecida a la de ellos aproximarse.   En el Perú  se le llama mototaxi o taxicholo. El conductor resultó ser un mecánico experto y como todo chiclayano hospitalario  en pocas horas desarmó  el motor, lo limpió , lubricó y  finalmente funcionó la moto tuk tuk y así siguieron a Lima.

En estos momentos, 1 de diciembre del 2013, deben estar abandonando Tacna para dirigirse a Brasil,  Rio de janeiro y cumplir el periplo.

Luego volaran a Londres donde editaran un documental  y un libro.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Algunas verdades del Corán



Una persona que ve lo bueno de las cosas tiene buenos pensamientos. Y quién tiene buenos pensamientos recibe los placeres de la vida.

 Quién creó el ojo de un mosquito, creó el sol.

 La naturaleza es una imprenta, no es quién imprime. Es un bordado, no es quien borda. Es un diseño, no es quién lo hace. Es un sistema ordenado, no es quién ordena. Es una ley y no quién tiene poder. Es un código de leyes que proviene de la voluntad y que no tiene realidad externa.

 Quien quiera que haga de esta corta vida su objetivo y su propósito, estará en el infierno aunque parezca que está en el Paraíso. Y quienquiera que crea seriamente en la vida eterna recibirá la felicidad de ambos mundos, la dificultad y la tristeza de este mundo serán para él, como una sala de espera para el Paraíso, lo soportará y dará gracias pacientemente.
 
 

domingo, 16 de noviembre de 2014

La mandarina


La mandarina

Aquel viejo ha intentado matarse varias veces
Último, colgándose del único árbol del jardín, un palto,
Pero al no hacer bien el nudo ha caído de bruces
Ganándose un buen golpe de rodilla, nada más.
Enésima vez que lo intenta infructuosamente.
Intenta la familia comunicarse con él pero no habla
Muestran sus ojos  el alto umbral del dolor
El humo de la vela le tizna el alma y su faz
Una piedra tiene en el pecho, por eso calla;
Tiene el pelo alambrado de martirio…

El doctor le dijo que si no quiere hablar, escriba
Y solo escribe Quiero irme.

En un hospital psiquiátrico la familia lo interna
Estando ahí, don Néspolo, como se llama
Una tarde oye a su vecino de sala renegar:
-¡Otra vez me has traído mandarinas!
¡Te he dicho que no me traigas más!
-¿Por qué?, pregunta su esposa.
-¡Porque tiene papas! ¡Vete, déjame en paz!
Y la mujer se despide y le dice, Mañana vendré.
Pero antes, la bolsa de mandarinas lo da a don Néspolo.

 -¡Sírvase, están ricas las mandarinas! , le dice con cariño.
Y don Néspolo responde:
-¡Muchas gracias  señora!
Es la primera vez que habla en dos años.

Al mes fallece el vecino pero esto no es impedimento 
Para que la finada y don Néspolo consoliden su amistad.

 (De la película De fosa en fosa)

sábado, 15 de noviembre de 2014

La infausta noticia


La noticia desgraciada suele llegar en el momento menos pensado, por ejemplo, cuando  estamos una parte de la familia conversando plácido en los sillones de la sala. Instintivamente todas las caras se uniforman ante su llegada, palidecen,  mientras, quién recibe la noticia, por teléfono, por ejemplo, empieza a turbarse y los más débiles a sollozar. Los presentes  se angustian, intuyen una desgracia pero no a cabalidad completa: a quién de los presentes le llegará con más fuerza el aguijón.  Instintivamente los presentes se fijan en quién falta en  casa, y la aprehensión aumenta. Todos los pensamientos, en breves momentos, corren a  velocidad de la luz. Por ejemplo:
Uno recuerda haber escuchado que la vida y la muerte están separados por un hilo fino que es el destino, o que,  la parca  mueve  la ruleta de la vida cuya bolilla embocará en un trebejo, y, cada uno, ruega  no sea su hijo, su hija, su mujer.
El que se pone a pensar sobre las vicisitudes de la vida sabe que de todas maneras algún día cercano, o lejano, será el elegido.
En ese crucial minuto urgente queremos saber  detalles y nos molesta que el que recibe la notica está impelida de hablar por el sofoque.
El que suele estar inclinado al cálculo razona:
Si somos cuatro hermanos con cuatro hijos cada uno, por ejemplo, la masa probable recae sobre 16;  y si hay 4 tíos de padre y 4 tíos de madre aumenta el radio progresivamente.
La mala noticia toma cuerpo y cuando se da estaba, justo, lleno el vaso de aguante, a otros ya le había rebalsado y se esparce y contagia y vuelve histéricas, sobre todo a las mujeres, inunda como una avenida y crea el caos.
A algunos le maniata, les deja como zombies, sin reacción inmediata, le sumergen en una faz de signo de interrogación  (Yo soy de estos)
Cuando luego se va discurriendo el acíbar sobre la fuente larga de loza en los presentes, vemos, sobre quién cayó la espada flamígera  ¿Qué se hace entonces a parte de darle las condolencias y volver a su asiento? ¿Solo mostrar el sentimiento afligido y nada más? ¿Esperar que el efecto de la noticia se diluya? ¿o, actuar de inmediato si queremos apoyar con algo tangible? ¿Se tropieza uno cavilando que a quién cayó la espada es familia política y no merece tanto la aprensión?
Analizamos en silencio, silencio rudo que no  explica a voz  pero, muchas veces, afea el rostro humano. Y conforme se va distanciando los minutos en algunos el corazón enfebrecerá por la compasión pero en otros se pondrán duro y se  irán distanciando y prestos tendrá la palabra para ponerse a la defensiva. El corazón se viste de diferente ropaje ante la noticia, a pesar de ser inmersos en la misma familia.

Quiero  terminar precaviendo: a veces un accidente de tránsito fatal en la calle de un familiar nuestro se gesta en la propia casa antes de que ella o el salieran.
Una persona que camina por la calle preocupada,  pensativa en lo que se le dijo momentos antes es probable sea atropellado en la pista vehicular. Y esa preocupación puede ser debida a una palabra soez, mal dicha,  amenazante, que le hayamos infligido.

Colofón: Pensar antes de hablar.