martes, 29 de julio de 2014

Todos podemos escribir


Quiero escribir para el mundo, no para el pudiente que con un viaje puede llegar al Perú sino para aquel infortunado en recursos  busca un lugar distante, en la web, un amigo que le muestre cómo es este país.
Cualquiera puede ser tentado a vislumbrar su interior y  escribir ¿Quién no ha tenido una infancia? Todas nuestras vivencias se hallan en el lago, sumen ignoto, donde se guarda todo lo que colapsará, sin duda, definitivamente, cuando muramos ¿Por qué entonces no tratar de rescatar y estampar en un lienzo  mientras podamos lo más recóndito?¿Para quién va quedar?
Para el que está acostumbrado vivir  el presente es una capa gruesa de hielo y necesitaría un formón para obturarlo pero, hecho la abertura, por ella   cogerá uno por uno  sus recuerdos más distantes siempre en cuando se decida.
Muchos evocan oralmente pero ello se destina a los que le oyen. Escribir va más allá. Si vale la comparación, cuando varias personas  ven una escena desgarradora en la calle, por ejemplo, un borracho tendido en el piso y una niña de ocho años –su hija- tratando levantarle y pedirle que regrese a casa. Todos cuanto observan  se sobrecogen a la escena, se solidarizan y ayudan, incluso, con monedas o consejos  a la niña . Después se olvidan  del suceso pero, el inclinado a escribir, el escultor, el pintor  que por casualidad haya pasado por ahí puede hacer un cuadro significativo y ello puede quedar a la posteridad.
Conseguido el hábito de escribir se puede visionar, incluso, lo que aún no ocurre y plasmarlo en el papel, o lo que ocurrió a otros hace un milenio y actualizarlo como propio, y muchas técnicas más.

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