martes, 1 de julio de 2014

Nuestro futuro


Aquella muchacha del jean apretado,
Se levanta, perezosa, a las siete de la mañana
Y como todas  tarda  acicalarse
Y  llega al trabajo a más de las nueve.
No se mueve del mostrador de ventas
Hasta un poco menos de las seis de la tarde
El que le hace la corte, la recoge y la lleva
al cine, a pasear … los sábados a bailar
Cerca a las once llega a casa de papá
nada dice éste , ella paga el  alquiler.
Al borde de la cama se arrellana y fuerza
librarse de su  pantalón tan ceñido
Tararea la canción que oyó mientras se ducha
Y luego con una bata se apoltrona al sillón
Y ve las noticias del día por la televisión;
al poco rato por el sueño se deja vencer.
Aquella muchacha del jean apretado
No lee  libro alguno, no cultiva arte aparte de soñar
En  sus horas libres no lleva un curso que le ayude;
A la sugerencia pretexta: Soy corta de vista…
Eje de futura familia y por ella nacerán estirpes
Como todas, cifra su porvenir en su  consorte
de oficio, canto y desencanto parecido,
como ellos, hay miles en este necesitado país.
 



Aquella muchacha del jean apretado,

Se levanta, perezosa, a las siete de la mañana

Y como todas  tarda  acicalarse

Y  llega al trabajo a más de las nueve.

No se mueve del mostrador de ventas

Hasta un poco menos de las seis de la tarde

 El que le hace la corte, la recoge y la lleva

al cine, a pasear … los sábados a bailar

Cerca a las once llega a casa de papá

nada dice éste , ella paga el  alquiler.

Al borde de la cama se arrellana y fuerza

 librarse de su  pantalón tan ceñido

Tararea la canción que oyó mientras se ducha

Y luego con una bata se apoltrona al sillón

Y ve las noticias del día por la televisión;

 al poco rato por el sueño se deja vencer.

Aquella muchacha del jean apretado

No lee  libro alguno, no cultiva arte aparte de soñar

En  sus horas libres no lleva un curso que le ayude;

A la sugerencia pretexta: Soy corta de vista…

 

Eje de futura familia y por ella nacerán estirpes

Como todas, cifra su porvenir en su  consorte

de oficio, canto y desencanto parecido,

como ellos, hay miles en este necesitado país.

 

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