jueves, 10 de julio de 2014

Sopa de tortuga


<…Al cabo de  poco tiempo, gran agitación a bordo. Los marineros están a  punto de pescar una gran tortuga marina, como las que se encuentran  en el sur de Córcega. Dumas esta excitado (Alejandro Dumas, el gran escritor  del Conde de Montecristo y otros)
Habrá mucho trabajo. Primero habrá que darle la vuelta sobre el dorso, la ingenua estirará el cuello y aprovecharemos su imprudencia  para cortarle la cabeza, chac; luego la colgaremos por la cola, dejándola sangrar doce horas. Después la volvemos a volcar sobre el dorso, introducimos un acero robusto entre las escamas del vientre y las del dorso, prestando mucha atención a no perforar la hiel, si no, se vuelve incomible, se le extraen las tripas y se conserva únicamente el hígado, la papilla transparente que contiene no sirve para nada, pero tiene dos lóbulos de carne que parecen dos redondos de ternera por su blancura y sabor. Por ultimo, separamos las membranas, el cuello y las aletas, cortamos unos trozos de carne del tamaño de una nuez, los dejamos purgar, los ponemos en un buen caldo con pimienta, clavo, zanahorias, tomillo y laurel, y lo dejamos cocer todo durante tres o cuatro horas a fuego lento. Mientras tanto, se preparan unas tiras de pollo aliñadas  con perejil, cebollino y anchoa, se ponen a cocer  en el caldo hirviendo, a continuación se cuelan y se les echa encima la sopa de tortuga, que bañaremos con tres o cuatro copitas de Madeira seco. Si no hubiera Madeira, podríamos añadir Marsala con una copita de aguardiente o de ron. Pero sería un pis aller. Saborearemos nuestra sopa mañana por la noche…>;
De el libro Cementerio de Praga De Humberto Eco

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