miércoles, 2 de julio de 2014

Camarón de bodas

Mirando ceremonias hago la de fisgón
donde no he sido ni vagamente invitado.
A hora vespertina voy a la calle saliendo
Ya se en cuál iglesia hay bodas y  ocasión:
hora de enlace y qué día, es, de la semana.
Iglesias de Lima -hay que decirlo-  precia
majestuosidad en sus labradas cúpulas
Techumbre de añejos vitrales de Sevilla;
Riqueza en su altar y en sus naves laterales,
absidiolas, la nave de crucero, por cierto,  
(Santos peruanos tenemos Martin y Rosa).
Es todo lo que nos legó los años virreinales.                                                              

Mirando ceremonias hago la de fisgón
donde  no he sido ni vagamente invitado
sentado, tercera banca , lado izquierdo.
solazo viendo detalles, aderezos de festín
Fastuosidad o sencillez de la ceremonia.
Ver la espera nerviosa del ataviado novio
que ve diversos santos plantados en su urna
¡Y su novia!, le hace insoportable su atraso.
 
¡Facunda!: Llegó la novia! y un suspiro hondo
Desata su corbata de quién iba ya exacerbado.
Aparcado al imafronteo la nupcial carroza
En espuma de gaza y organdí se ve la novia
El frontispicio: portón, gablete y rosetón,
testigos son ver primorosa entrar a la futura
El conjunto coral, trio o cuarteto  entona
tesitura a voces y a cuerdas una melodía.

Mirando ceremonias hago la de fisgón
donde no he sido ni vagamente invitado
Trago sonrisas de novia al pasar a mi lado
Creyéndome  familia de su triunfal novio
¡Oh sorpresa!:hay otros  zampones como yo,
más osados aún: ¡asisten a la fiesta de bodas!
comen, bailan,  toman  hasta ser descubiertos;
cosa que yo no me animaría a tanto gorreo
Solo voy a ceremonias de bodas en la iglesia
por el ritual que nunca, yo, he sacramentado
ni creo, habré de realizar en esta vida como tal
como si asistir a diez, pienso, igualaría a una.

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