Segundo, escribo y leo en mi mesa de trabajo en mi cuarto que no es mesa propiamente sino la mecedora de papá sobre cuyos brazos allano una tabla portátil y sobre él coloco el libro, el cuaderno, o el tablero de mi PC que está cerca, inclinado un poco a la izquierda para poder salir sin tropezarme. Y en esamecedora me mezo largas horas.
Cualquiera diría que pierdo tiempo tomando notas con mi pluma que recojo de la consola del lado derecho que no es otra cosa que dos cajas llenas de libros y una bandeja sobre ella; el cuaderno de uso presente como otros cuadernos de Ayuda o diccionarios de varios tipos,y una breve enciclopedia, todos están sobre el asiento de un silla al lado izquierdo.
Cualquiera diría que pierdo tiempo deteniéndome en el banco de una plaza cuando voy hacer mis asuntos en la calle tomando notas que escribo en una libretita que llevo en el bolsillo trasero del pantalón. Es que no saben que a uno le llega la inspiración en el momento menos esperado, y es suficiente un par de trazos para desbrozarlo en la misma noche. O, cuando me introduzco a cualquier cabina de internet que en Lima hay muchas y según mi ánimo y tiempo libre que disponga haga uso de mi USB y lo que está guardado en mi Blog, lo mejore, le agregue una imagen, una fotografía y lo publique. Mi USB lo llevo como mi llave de mi cuarto a todas partes. ¿Por qué no habrá existido cabinas de internet cuando tenía 20 años y tenía que esperar a mi enamorada en esquinas friolentas de invierno? Le diría , te espero en tal cabina.
Cualquiera diría que pierdo tiempo en la noche en mi mecedora cuando explayo el apunte cogido al vuelo, completo la media idea, o, apunto en una carpeta el tono de voz que me servirá para una entrada que aún no existe .O , corroboro la apostilla con mi propia experiencia, o sea, lo desvisto y lo visto con mi propio ropaje. O, lo que ha sucedido en otro continente lo trasvaso a mi casa vieja del cerro. En esas breves anotaciones de la libretita está lo que veo en la calle, lo que me impresiona. Lo que me indigna o me acobarda decirlo a voz alta y lo hago decir a algun personaje que he creado exprofeso. También, lo que oigo a mis parientes y no saben que voy tomado notas sin que se den cuenta (si no, no lo contarían, o al revés, podría haber alguno que le encandile contar para ser escrito aunque ésto aún no lo he probado porque nadie de mi familia sabe que tengo mi blog). En general -y esto reconozco que está mal- no interactuo por las redes a pesar que puedo activarlo. He tenido temor que me lapidaran temprano, prefiero escribir de incognito.
Cualquiera diría que pierdo tiempo agrandado mis ojos, estirando orejas haciendo mi piel susceptible ante todo lo que tropiezo.
Cuando termino el cuaderno tamaño carta presente de anotaciones, cada página lleva un tema, un número, una fecha , cada tema una etiqueta empiezo otro, al punto, y ,así, sucesivamente se van juntando y me parece que no me alcanzará tiempo pasarlas al blog todas.
Un día tomo el cuaderno más antiguo y selecciono cuál amerita publicar.
Y no tanto porque para mí no sea meritoria la rechazada sino que hay algunas páginas demasiadas privadas que aún no deben ir.
Cualquiera diría que pierdo tiempo y, conmigo, mi cuaderno; terminado lo dejo reposar como se masera pasas y guindones contra la carraspera, o encurtir nabo en tajadas en vinagre blanco para luego acompañar a los frijoles, o como la uva…
Cuando las publico los dejo y ya no vuelvo a revisar aunque estén mal, me olvido de ellas porque ese proceso es un juego que cansa: Lo que dejaste escrito ayer y que parecía sucinto y claro, hoy no lo es; o lo que ayer creías haber terminado, hoy falta.
Cualquiera diría que pierdo tiempo pero para mí es un ejercicio tratando explorar, extraer del lago del subconsciente donde estancadas en el fondo como piedras soldadas no salen tan fácil a la superficie.
Cualquiera diría que pierdo tiempo, sin duda, pierdo tiempo pero es grato perder tiempo así, me levanta, me mantiene y el día que pierda ese ánimo no tendré otro motivo plausible porque en todo lo demás me ha ido muy mal.
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