domingo, 13 de julio de 2014

Om


La palabra Amén como otras… es un  plagio de la oriental Om solo que en el católico  más importante es el rezo,  oración que muchas veces  no se comprende y solo deja para el final  el amén que significa algo así  como sellar la oración bajo un compromiso de creer bajo la fe.
En cambio para los budistas, por ejemplo, practicar el Om  tiene por un parte,   al dilatar la pronunciación Om,  expulsar buena porción del aire viciado de nuestros pulmones para  luego renovar  por uno fresco tonificando el organismo.

Conforme se va incrementando la rutina se convierte,  además, un ejercicio  espiritual que  va despuntando, quitando, malos pensamientos  vaciando el contenedor de detritos y dejarlo limpio, libre, para la empresa que reiniciemos al momento siguiente.
Y esto es fácil de hacer  sin uno adentrarse tanto a la doctrina oriental.  Si uno se siente preocupado en demasía sugiero   meterse a su cuarto,  si está en el trabajo, en su oficina,   o, por último, en el baño y cerrar la puerta tras de sí, sentarse sobre un tapete cruzando  piernas  a modelo de Buda,  juntar las yemas de los dedos, cerrar  los ojos y pronuncia Om repetidas veces  expulsando a la vez,  aire e  ideas perniciosas .  Se puede hallar cierta tranquilidad del espíritu tras  cinco o diez minutos de práctica.
Esto es más efectivo que rezar un rosario completo con el consabido amén.

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