martes, 23 de octubre de 2012

Lucha con mi cuerpo

Nunca estuve conforme con la forma de mi cuerpo  Desde adolecente  miraba al espejo, espantado, mi cabello   erizaba rebelde a pesar de  abundante glostora que le echaba.
 A tal punto que Rina y sus hermanas me apodaron escobillón Además mi padre de quien dependía cuando íbamos a cortarnos el cabello ordenaba al que me atendía corte militar o tipo esos artistas americanos del 50 que a mi papá le gustaba: Cary Grant, James Stewart etc pero el cabello corto a mi   me erizaba el pelo
Cuando di mi  estirón y pude rebelarme y cortarme como yo quería empecé odiar mi contextura demasiado delgada, sobre todo, porque era cabezón con hombros estrechos, sin nada de trasero que se me caía el pantalón .
Cuando caminaba por la calle, de noche, dejando atrás el alumbrado del poste  de luz reflejaba adelante una sombra peculiar  Parecía  marciano, cuerpo delgado como perejil con una hoja grande fungiendo de cabeza.
En el colegio me decían Cabezón Mifflin  no, por ser buen jugador
sin por la cabeza .
Joven, pasé por el acné común Un vecino mayor me dijo Es que  te falta mujer Y no sabia relacionarlo con el acné
Fui desdentado  un par de incisivos  por un codazo que me dieron  en un partido de fútbol  y que mis padres demoraron  mandar colocarme el postizo Mascafierro, vienes  a  jugar?, me decían
Después de los veinte dejé la calle donde mis amigos con quienes jugaba de niño se inclinaron a la bebida,  a fumar, vagar y algunos a la delicuencia Entonces, sin salir, me volví introvertido y cuando me miraba al espejo tenía  cara que daba pena  No podía evitar la melancolía, a pesar que no me faltaba nada o no tenia necesidad apremiante como mantener  mujer o hijo ¿Porqué era así? empecé a preguntarme Una vez, molesto rompí el espejo.
Así pasaron  años hasta que a los treinta me casé y de inmediato me puse a engordar Sobre peso que no he podido bajar hasta hace poco si no es porque se me presenta otros males propios de la edad, micciono mucho.
 Aunque en los primeros años de matri llegué a pesar 93 kilos y eso que no era alto, entonces vivía amargado de mi sobrepeso pero poco hacía para evitar de comer Cuando salia con mi mujer  de contextura liviana y algo baja parecíamos la dupleta 10
Tan gordo era que una vez se atrevió a jalarme la pulsera otro gordo , corrí para darle alcance pero me agitaba Parecíamos dos elefantes  al trote Logré ponerle una tranca y caímos los dos como sendas calabazas pero el ladrón se levantó mas rápido y huyó ¡Qué vergüenza!
Decidí ir al gimnasio acompañando a un primo que se preparaba para ingresar a la Escuela de Policía
Asistimos a uno, por jirón Washington Me gustó las rutinas, las mancuernas, las barras ,incluso, instalé en mi casa un mini gimnasio con esos elementos Hasta que después de tres meses, al hacer  flexiones de calentamiento sobre una tabla inclinada, cabeza abajo, pies arriba recogido en una correa sobre el extremo de la tabla, sentí un estirón en la ingle y cada vez que volvía hacer esa rutina me dolía lastimosamente Entonces dejé de hacer ejercicio
Luego volví a mirarme en el espejo, en la mejilla izquierda fue creciendo rápido un lunar en forma de  espiga  que se fue engrosando, tomando cuerpo La gente  me miraba Pensaba que era  rasguño de mujer  ¡Pobre hombre, seguro,  ha discutido con su mujer! creía escuchar  Hasta que el lunar empezó a palpitar y me asuste Pensé que era cancer a la piel.
 Entre chequeos, visitas por allá por acá pasaron largas semanas Al final me dijeron que era soriasis y lo rasparon, fácil, con una espátula quirurgica, luego de librado este desliz, empezó a reaparecer dolores en el abdomen izquierdo, sobre todo, cuando comía mucha grasa ¡Es que el pollo a la braza es...!
 ¿Qué será? me preguntaba Pasaron meses hasta que empezaba agriarse la saliva Pensé  era del diente postizo que me habían puesto  Lo saqué,  pasé varios meses con el hueco en la cavidad 
bucal Pero  la vinagrera seguía Me hicieron exámenes Eran cálculos a la vesícula Tenia una piedra tamaño   limón, entonces, me operé  Pensado librarme toda molestia con mi cuerpo empecé a sentir zumbido en el oído izquierdo y, además, me duele el hombro izquierdo ¿Qué será lo que tengo ahora? Fui a mi seguro y me dijeron que  tenía artrosis Cuando dejé la tienda y llegaron los años pésimos perdí el seguro y dejé   tratarme  Todas mis molestias las mandé al diablo y, supongo, el diablo me mandará al cajón.

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