Nunca estuve conforme con la forma de mi cuerpo Desde adolecente miraba al espejo, espantado, mi cabello erizaba rebelde a pesar de abundante glostora que le echaba.
A tal punto que Rina y sus hermanas me apodaron escobillón Además mi padre de quien dependía cuando íbamos a cortarnos el cabello ordenaba al que me atendía corte militar o tipo esos artistas americanos del 50 que a mi papá le gustaba: Cary Grant, James Stewart etc pero el cabello corto a mi me erizaba el pelo
Cuando di mi estirón y pude rebelarme y cortarme como yo quería empecé odiar mi contextura demasiado delgada, sobre todo, porque era cabezón con hombros estrechos, sin nada de trasero que se me caía el pantalón .
Cuando caminaba por la calle, de noche, dejando atrás el alumbrado del poste de luz reflejaba adelante una sombra peculiar Parecía marciano, cuerpo delgado como perejil con una hoja grande fungiendo de cabeza.
En el colegio me decían Cabezón Mifflin no, por ser buen jugador
sin por la cabeza .
Joven, pasé por el acné común Un vecino mayor me dijo Es que te falta mujer Y no sabia relacionarlo con el acné
Fui desdentado un par de incisivos por un codazo que me dieron en un partido de fútbol y que mis padres demoraron mandar colocarme el postizo Mascafierro, vienes a jugar?, me decían
Después de los veinte dejé la calle donde mis amigos con quienes jugaba de niño se inclinaron a la bebida, a fumar, vagar y algunos a la delicuencia Entonces, sin salir, me volví introvertido y cuando me miraba al espejo tenía cara que daba pena No podía evitar la melancolía, a pesar que no me faltaba nada o no tenia necesidad apremiante como mantener mujer o hijo ¿Porqué era así? empecé a preguntarme Una vez, molesto rompí el espejo.
Así pasaron años hasta que a los treinta me casé y de inmediato me puse a engordar Sobre peso que no he podido bajar hasta hace poco si no es porque se me presenta otros males propios de la edad, micciono mucho.
Aunque en los primeros años de matri llegué a pesar 93 kilos y eso que no era alto, entonces vivía amargado de mi sobrepeso pero poco hacía para evitar de comer Cuando salia con mi mujer de contextura liviana y algo baja parecíamos la dupleta 10
Tan gordo era que una vez se atrevió a jalarme la pulsera otro gordo , corrí para darle alcance pero me agitaba Parecíamos dos elefantes al trote Logré ponerle una tranca y caímos los dos como sendas calabazas pero el ladrón se levantó mas rápido y huyó ¡Qué vergüenza!
Decidí ir al gimnasio acompañando a un primo que se preparaba para ingresar a la Escuela de Policía
Asistimos a uno, por jirón Washington Me gustó las rutinas, las mancuernas, las barras ,incluso, instalé en mi casa un mini gimnasio con esos elementos Hasta que después de tres meses, al hacer flexiones de calentamiento sobre una tabla inclinada, cabeza abajo, pies arriba recogido en una correa sobre el extremo de la tabla, sentí un estirón en la ingle y cada vez que volvía hacer esa rutina me dolía lastimosamente Entonces dejé de hacer ejercicio
Luego volví a mirarme en el espejo, en la mejilla izquierda fue creciendo rápido un lunar en forma de espiga que se fue engrosando, tomando cuerpo La gente me miraba Pensaba que era rasguño de mujer ¡Pobre hombre, seguro, ha discutido con su mujer! creía escuchar Hasta que el lunar empezó a palpitar y me asuste Pensé que era cancer a la piel.
Entre chequeos, visitas por allá por acá pasaron largas semanas Al final me dijeron que era soriasis y lo rasparon, fácil, con una espátula quirurgica, luego de librado este desliz, empezó a reaparecer dolores en el abdomen izquierdo, sobre todo, cuando comía mucha grasa ¡Es que el pollo a la braza es...!
¿Qué será? me preguntaba Pasaron meses hasta que empezaba agriarse la saliva Pensé era del diente postizo que me habían puesto Lo saqué, pasé varios meses con el hueco en la cavidad
bucal Pero la vinagrera seguía Me hicieron exámenes Eran cálculos a la vesícula Tenia una piedra tamaño limón, entonces, me operé Pensado librarme toda molestia con mi cuerpo empecé a sentir zumbido en el oído izquierdo y, además, me duele el hombro izquierdo ¿Qué será lo que tengo ahora? Fui a mi seguro y me dijeron que tenía artrosis Cuando dejé la tienda y llegaron los años pésimos perdí el seguro y dejé tratarme Todas mis molestias las mandé al diablo y, supongo, el diablo me mandará al cajón.
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