¡No, nunca me visites en la cárcel! ¡Por amor de Dios, nunca!
Ansiosos periódicos por una foto tuya están ahí esperándote
Haciendo cola con mí
merienda bajo el brazo y fotografiarte
Subordinándote a bruscas voces e inspecciones de la policía
Saberlo, más dura sería mi pena que la que me impusieron.
¡No, nunca me visites en la cárcel! ¡Por amor de Dios, nunca!
Todos los días prometo llamarte a eso de las seis o de las siete
en que has de llegar de laborar, ahora tú , padre y madre a
la vez
Si pequé recibir
dinero a cambio de favor político es tan
solo eso
Hábito antiquísimo, práctica soterrada por nadie reconocida.
No, nunca me visites en la cárcel! ¡Por amor de Dios, nunca!
Por un plus para dispendio de dinero mal habido no he caído
No, sabes bien en nuestro gastos siempre he sido muy cuidadoso
Error ha sido no refrendar
al fisco dándole parentesco legal
Sin saber lo grabaron y usaron el video para malograr mi partido.
¡No, nunca me visites en la cárcel! ¡Por amor de Dios, nunca!
Nos casamos en blanca esperanza y te ofrecí impoluto porvenir
No se me ocurrió enlodar nuestro matrimonio. Cumpliré mi pena
Verte quisiera, no
hacerlo es pago por la vergüenza que te
causo
Cerca a ti, sin embargo, sobra tiempo ha escribir y amarte
desde lejos.
(A propósito de un político peruano caído en las maniobras de Montesinos)
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