martes, 5 de noviembre de 2013

Filadelfio, el esquizofrénico


Muere el padre de Filadelfio hace tres años y queda en  la casa , él, único hijo enfermo de esquizofrenia.
Casa bonita, ubicado en  buen lugar al este de Lima como para habilitar a cualquier negocio.
Sin  nadie que vele a Filadelfio (su madre había muerto antes) sin que le provean las sempiternas pastillas.
Se agrava su situación y desaseado vive de la mendicidad y su casa hecho una porquería.
Hasta el rosal frente a su casa que plantó su madre se va muriendo.
Entonces,  personas que no son personas  van maquinando como apropiarse   la propiedad, y hela aquí:
El papá de Filadelfio había vendido la propiedad,  hace 22años a un tal Aquije;  
Y éste recién, este año, lo inscribe en los Registros Públicos  y, ágilmente,  pasa el predio  a  otras manos.
Siendo el último un tal Aquino quien aduce ser propietario y denuncia a Filadelfio a que lo abandone.

Cuando llega el día d,  la casa de Filadelfio  está limpia y su inquilino mejorado  en algo su salud.
Sucedió que un compañero de colegio de Filadelfo (cuando a éste no le había dado aun la  enfermedad)
al enterarse  su desgracia se apiadó de él,  limpio  su lar, su vestir y  ayudole comprar sus medicamentos
  Y Filadelfio, en retribución, le habilitó un par de cuartos a su amigo que pronto se iba ha casar.
 Los antiguos condiscípulos,  ahora treintones, vivían felices como hermanos, hasta el rosal renacía.
 Entonces, llega el desalojo con la autoridad delante  y al  saber el  amigo que algo le huele a patraña,
impide el desalojo apoyado por  vecinos que saben  cómo es la historia y el juez promete volver.
 El amigo de Filadelfio preocupado llama a una reportera de un canal de TV para que abogue por ellos.
La reportera  fue al notario de Ayacucho (en la sierra) donde se corroboró  fraudulenta  la compraventa
 Dice ella: era como colocar cien en un billete de un dólar, o sea, sobre  documento verdadero  de otros contratantes habían traspuesto otros nombres. 
Y  con ese espurio los tramposos vendieron a uno y otro  hasta que llegó al tal Aquino .
Además,  en la escritura no figura la forma de pago ni número de cheque.

Sucesivos errores del organismo encargado de verificar, inscribir en las partidas los contratos o, tal vez, lo saben pero se prestan a la confabulación  malos funcionarios, por una prebenda es lo abunda en este país, casi, en todos los estamentos.

Si no fuera por el amigo de Filadelfio o la reportera de TV , ahora,  el enfermo de esquizofrenia  estaría en la la calle ¿No es que cada enfermito botado en la calle tiene una historia parecida?

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