Muere el padre de Filadelfio hace tres años y queda en la casa , él, único hijo enfermo de
esquizofrenia.
Casa bonita, ubicado en buen lugar al este de Lima como para habilitar
a cualquier negocio.
Sin nadie que vele a
Filadelfio (su madre había muerto antes) sin que le provean las sempiternas
pastillas.
Se agrava su situación y desaseado vive de la mendicidad y su
casa hecho una porquería.
Hasta el rosal frente a su casa que plantó su madre se va
muriendo.
Entonces, personas que
no son personas van maquinando como
apropiarse la propiedad, y hela aquí:
El papá de Filadelfio había vendido la propiedad, hace 22años a un tal Aquije;
Y éste recién, este año, lo inscribe en los Registros Públicos
y, ágilmente, pasa el predio a otras
manos.
Siendo el último un tal Aquino quien aduce ser propietario y denuncia
a Filadelfio a que lo abandone.
Cuando llega el día d,
la casa de Filadelfio está limpia
y su inquilino mejorado en algo su salud.
Sucedió que un compañero de colegio de Filadelfo (cuando a éste
no le había dado aun la enfermedad)
al enterarse su
desgracia se apiadó de él, limpio su lar, su vestir y ayudole comprar sus medicamentos
Y Filadelfio, en retribución,
le habilitó un par de cuartos a su amigo que pronto se iba ha casar.
Los antiguos condiscípulos,
ahora treintones, vivían felices como hermanos,
hasta el rosal renacía.
Entonces, llega el
desalojo con la autoridad delante y al saber el amigo que algo le huele a patraña,
impide el desalojo apoyado por vecinos que saben cómo es la historia y el juez promete volver.
El amigo de Filadelfio
preocupado llama a una reportera de un canal de TV para que abogue por ellos.
La reportera fue al
notario de Ayacucho (en la sierra) donde se corroboró fraudulenta
la compraventa
Dice ella: era como
colocar cien en un billete de un dólar, o sea, sobre documento verdadero de otros contratantes habían traspuesto otros
nombres.
Y con ese espurio los
tramposos vendieron a uno y otro hasta
que llegó al tal Aquino .
Además, en la
escritura no figura la forma de pago ni número de cheque.
Sucesivos errores del organismo encargado de verificar,
inscribir en las partidas los contratos o, tal vez, lo saben pero se prestan a
la confabulación malos funcionarios, por
una prebenda es lo abunda en este país, casi, en todos los estamentos.
Si no fuera por el amigo de Filadelfio o la reportera de TV ,
ahora, el enfermo de esquizofrenia estaría en la la calle ¿No es que cada
enfermito botado en la calle tiene una historia parecida?
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