martes, 12 de noviembre de 2013

Manuel Gonzales Prada


Manuel Gonzales Prada, de su segundo compromiso con la dama francesa Adriana Verneuli Conches,   tuvo  un hijo  en 1891,Alfredo,  a quien le contaba cuentos en verso. Este nació en París. Antes, tuvo Manuel Gonzales Prada dos nenes que se murieron temprano.
Bueno, esta es la triste historia del hijo  de Manuel Gonzales Prada:
En 1898 vuelve a Lima la familia Prada-Verneuli.
Hay una revuelta donde el presidente Billinghurst es prisionero, obligado a dimitir y deportado a Chile.
En la revuelta Alfredo, joven,  fue a parar a la cárcel, lo sacaron sus amigos: A. Valdelomar, J.C. Mariategui, F. More.. Hasta Cesar Vallejo, todos ellos fundadores de la revista Colónida.
Alfredo tuvo su primer hijo con  una muchacha de quince años, criatura que se muere y luego un segundo hijo llamado Felipe que, con dos añitos, un día, Sonia, la madre, llega a la casa de  la abuela y le entrega su nieto diciendo que su papá (de Sonia)  no quiere que se case con Alfredo porque Manuel Gonzales Prada es un revoltoso
En 1916 Alfredo Gonzales Prada fue como diplomático a Argentina. Alfredo conoció a su segunda relación: Elizabeth Anorae Howe cuando era secretario en la embajada de Washington donde poco después fue obligado a renunciar y derivado a Londres donde fue ministro plenipotenciario pero al poco tiempo reemplazado por Luis Miro Quesada. Y Alfredo se refugia en EEUU.
En 1931 muere Felipe, el hijo de de Alfredo, en  Francia. Se deprimió Alfredo por la muerte de su hijo, París estaba ocupado por los nazis y no le permitían volver a Francia por ser un ex diplomático, y se deprimió más cuando su hijo fue enterrado en la fosa común.
Fuera de si, un día dijo a su madre:
-¡Mamá, mátate conmigo ¡
La madre después de su asombro dijo:
- Pero si me mato contigo  y te matas tú¿ quien va editar la obra de tu padre ? Manuel Gonzales Prada
 Una semana después se suicidaba Alfredo Gonzales Prada.
Todo esto le contó  la señora  Adriana Verneuli Conches  a Luis Alberto Sánchez cuando éste lo visitó en New York.                                                                                           
¡Llevate la maleta! le exigió la señora (los manuscritos de Manuel Gonzales Prada )




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