viernes, 15 de noviembre de 2013

La costilla de Adán


Fernando Ñaupari  Buendía tiene 53 años. Catorce años como   predicador evangélico. Se transformó en mujer a los 18 años. En su DNI figura como Carmen Claudia Ñaupari  Buendía. Ahora quiere volver a ser hombre. Esta es su Historia:
En 1960 nació en La Oroya. A los 8 años un profesor le violó. No dijo nada a sus padres. A los doce era ya conocido como Fernandito. Un día su papá le espió en casa con un corsé. Yo no quiero hijo maricón en mi casa le dijo y le pegó. Entonces Fernandito decidió ir a Lima a la familia de su mamá como sirviente.
Donde pronto también se malquistaron con él  y Fernandito salió a la calle a buscarse la vida. Fue mesero en jirón Junín,  Barrios Altos. A los 18 años un cliente cubano le pagó una cirugía a cambio de sexo. Le cortaron el pene y le inventaron una vagina.
Se fue a vivir a Miraflores por mejores clientes. Viajó a Brasil para una cirugía completa en las nalgas y en pecho. Volvió al  Perú y solicitó cambio de   de género en su DNI en la Reniec. Le negaron, porfió,  enjuició  y en 1988, por fin,  le aceptaron. Entonces nació Carmen Claudia Ñaupari, el primer transexual aceptado en el Perú.
Viajó a Europa, Milán. Trabajó  en París por el bosque de Boulogne  buscando clientes. Se aficionó a la cocaína, entonces, en una de  esas depresiones intentó cortarse la venas con guillete al recordar los maltratos de su padre.
Un francés, en 1993, se enamoró de ella y le presentó a su familia como mujer. Se casaron en Lima y volvieron a París. A pesar que el le daba gusto en todo Carmen Claudia  volvía a la prostitución  y fracasó su matrimonio.
En la calle lo golpearon, le dispararon con balines, se volvió a  deprimir y a punto de intentar  quitarse  la vida  llamó por teléfono a una prima  e informar su intención y ésta tras una larga conversación  le convence  que volviera  al Perú y que le tendría la  puerta abierta el MMM  (una iglesia evangélica: Movimiento Misionero Mundial) y que le ayudarían a  intentar cambiar su vida.  Total, al fin y al cabo, le dijo, si no resultaría, podía   intentar lo que quisiera.
En el 2000 Carmen Claudia regresa a  París para divorciarse, se cortó la melena, se puso una faja en los senos  se quitó las nalgas pero no pudo implantarse el pene.
Y volvió al Perú para solicitar  a la Reniec volver a su género inicial, cosa que lucha y aun no le dan.

Ahora dice en sus sermones: Hace 14 años que mi cuerpo no ha sido tocado… No hay homosexual feliz, todo homosexual termina solo, viejo y   arruinado. 



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