“Mi madrasta era dueña de medio pueblo. A mi me despreciaba y
como era menor que mis hermanastros me obligó vivir con los indios.
Mi cama fue una batea de esas que se amasa harina para hacer pan. Yo me abrigaba
con pellejo y frazada. Yo pasaba las
noches conversando con los indios.
Cuando mi padre volvía ( el era juez itinerante que
recorría varios pueblos y que se ausentaba varias semanas) me limpiaban y me
atendían en la mesa del comedor principal. Luego, cuando papá se iba yo volvía a la batea”.
José María Arguedas, escritor, autor de http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Mar%C3%ADa_Arguedas
(Víctor Manuel Arguedas Arellano,se padre , enviudó cuando José
María tenía apenas dos años y contrajo
nupcias con otra viuda, rica, natural de Lucanas: Grimanesa viuda de Pacheco)
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