sábado, 30 de noviembre de 2013

Mitad y mitad

Había un súbdito que quería hablar con el rey pero antes tenía que pactar con el Chambelán  para la cita. Pero este palaciego  lo tenía  paseando(1) como tres semanas para la audiencia.  Al final le acepta la entrevista pero  lo condiciona. Le dice al súbdito que la mitad de lo que pidiese al rey seria para  él, el Chambelán
Cuando  el súbdito habla con el rey y le reporta  el buen año de la cosecha y pagados los impuestos a su señoría,   éste le dice que a cambio le pida cualquier cosa que él lo complacería.
El súbdito dice, Quiero cien azotes.
-¿Cómo? Yo quiero premiarte, no azotarte.
-Usted me dijo que le pidiera cualquier cosa.
-Bueno   gustos son gustos, se resignó el rey y mandó la orden.
Y cuando el azoto iba por los cincuenta  reparó el súbdito y dijo:
-¡Quiero que los otros cincuenta  se lo propinen  al Chambelán! Porque él me exigió que lo que yo pidiere al rey   a él  le  tocaba la mitad.


(Este acto de corrupción data del año 1000)
(1) postergando

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