Mario Vargas Llosa, nuestro premio novel, tuvo una relación
familiar un poco peculiar, un poco novelesca que él explotó, después, en alguna novela y alguna obra de teatro.
Hijo de Andrés Vargas y Dora Llosa. Por parte del
padre es poco relevante solo que ante la
pendencia entre ambos generará en Mario desde niño un carácter contestarlo y de
rebeldía, caracteres que lo ha manifestado en toda su vida tanto familiar como
política (no consiente autoridad abusiva
y vertical)
Es por el lado
de la madre, con mejor posición económica y arraigo aristocrático de provincia
en comparación a su padre donde se va
manifestar, primero, sentimentalmente,
el carácter turbulento del joven Mario.
Mario nació en 1936. Su papá Andrés no se llevó bien
desde un comienzo con la familia arequipeña o, ésta, es más probable, no le
aceptaron por lo que abandonó Andrés a Dora con el hijo recién
nacido.
Dora, tenía como hermano a Lucho Llosa quién se casó
con una dama boliviana: Olga Urquisi, con quién, después, tuvo dos hijas Wanda y Patricia.
Y el tío Lucho habiendo planeado hacer
su vida en Bolivia de donde era su mujer se inquietó dejar sola a su hermana Dora
con un hijo, sin marido, por lo que optó llevársela consigo. (O, desde Bolivia
mandó por ella) Se trasladaron a Cochabamba donde Mario vivió hasta la edad de
10 años.
En 1946 regresó Dora
al Perú, específicamente a Piura (año que nació Patricia) Seguramente Andrés
por teléfono o carta pedía una segunda oportunidad a Dora para rehacer sus
vidas En Piura es Donde Mario niño se entrevista con su padre a quien había
considerado muerto.
Adolecente Mario tenía ya inclinación a escribir pero
un día su padre le atajó y le dijo sin prolegómenos: ¡Escribir poemitas es para maricas! De ahí nació ese
disgusto eterno con su padre que estaba pronto aflorar ya que diez años de niño obvio aquél aportar cariño a su hijo.
En 1955 llega a casa de los Vargas- Llosa en Arequipa
Julia Urquiza hermana de Olga, su tía, quien tenia 32 años. Se enamoraron, más, por los regodeos del joven
que de Julia que estando ésta en casa alojada y siendo mayor de edad que el
joven es difícil pensar que correspondiera dar mal pago a la familia que le alojaba. Ernesto,
su padre, al enterarse de los flirt amorosos que su hijo prodigaba a la tía le amenazó con “matarlo como un perro” si la
relación iba a más.
Pero Mario, empinado, habiendo ya perdido respeto a su
padre hacía tiempo, no le importó la
amenaza sino, más bien, atizó más la hoguera y se la llevó a la tía a Lima
donde se casaron contra las recomendaciones , ahora, de toda la familia de
Arequipa y de Lima.
Pero, incluso
en Lima asiéndole insoportable su permanencia aprovecha en 1957 irse a París a vivir con su
mujer al ganar una beca. Al empezar en París, la vida le fue dura (según entrevista
de Leila Gerreiro, La República, Lima, 15 set de 2013) Descargó camiones de carne y verduras en los mercado Les Halles, recogía
periódicos viejos por las casas para venderlos hasta que alcanzó una plaza como
reportero de france press. Pero en paralelo escribía y en 1963 publicó La ciudad y los perros
Por esos años, Patricia había ido a París a estudiar y como su tío tenia un departamento le solicitó
que le alojara en su casa y, a mi modo de ver, sin intención de ella de crear
problemas sino, otra vez, al desvarío
de Mario que gustaba hacer lo que quería : se enamora de la sobrina
–promete los pormenores, Vargas Llosa, contar en otro libro- y Patricia por evitar
contrariedad mayor regresa a Lima.
Cuenta ella:
Yo tenia 16
años, mi hermana Wanda 17. Llegamos a
Paris para estudiar francés y nos alojamos en la casa de Mario. Nos llevaba a conocer
París, a museos, espectáculos… Un día me
dijo: estoy enamorado de ti, y yo, presto, le dije ¡Cállate idiota!
Wanda murió en un accidente de tránsito. Patricia regresa
a Lima pero Mario le seguía mandando cartas de amor desde Francia hasta que la situación fue insoportable entre
Mario y Julia Urquiza , ésta
enterándose el engaño opta separarse (o tal vez, porque en 16 años de convivencia
no pudieron tener un hijo) Luego Patricia
y Mario al ver el campo desminado se casaron y vivieron en París.
“Todos nos
reunimos-dice ahora Mario- una vez al
año en algún lugar del mundo y sin falta en el Perú, en diciembre”. Por todos se
refiere a Álvaro, Gonzalo y Morgana, sus hijos y sus respectivas familias”
A su vejez dice “El rencor con mi padre desapareció hace tiempo pero el cariño es imposible”
(su padre murió en 1979).
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