lunes, 31 de marzo de 2014

Crima 14-03


Vivir sin enterarme

En cualquier movilidad pública cuando dificultosamente me he pertrechado en mi asiento, al cabo de un rato me pongo a observar y pensar: Miro a  mis compañeros de viaje y todos son jóvenes, yo soy el único viejo, generalmente es así y ya son varias veces que hago esta expectación. 

 Voy a un cumpleaños del primer nieto de mi hermano y soy un aguafiestas, una cara de palo muestro para los cumpleaños, el payaso, el animador, se mofará una vez más conmigo como lo hizo en otra actividad reciente.  No debía ir si no me gusta  pero era el primer  nieto de mi hermano menor.

 Lo que más me molesta es  no poder conversar con la señora o el señor, invitado también, por el  estruendo de los parlantes En el Perú las fiestas familiares   si no hay bulla con hartos decibeles no es fiesta. Soy aburrido para todo. No pensé que la vejez  era así, calamitosa.

Yo pensaba que la vejez  empezaba   por las arrugas y las canas pero a mi me ha empezado  por el dolor en las rodillas, incluso, si estoy echado en cama,  salta las rodillas involuntariamente y no me deja dormir.  Veo los hinojos  y no tienen el color cardenal de un hematoma, parece normal pero ¡cómo duele!  El reumatólogo dice que tienden al genu valgo (formarse  mis piernas como una 0 ) Los veo con detenimiento y no me parecen, aun.  Además, el dolor al cuello que no puedo voltear hacia el lado izquierdo: si una muchacha guapa en la calle se  me cruzara por ese flanco para observarla tendría que dar la vuelta completa para prestar atención a su derrier. Al acostarme lo hago boca arriba, a los lados molesta o salvo que tenga el sueño muy intenso pero al despertarme tengo adolorido  los cuerpos vertebrales osteopénicos .Sufro de una escoliosis cervical derecha C7-C8. Verdad, no pensé que la vejez era así. Y no me he caído ni me han pegado pero el doc dice que el organismo no olvida y te cobra la factura por un desarreglo o exceso anterior. Pueda ser, exageré levantando demasiado peso cuando tenía mi tienda.

Al no poder dormir bien, me levanto y escribo como lo hago ahora,  en sucesiones intercaladas con el sueño en una misma  noche.  Me acuesto temprano A las una me despierto y escribo hasta las 2:30, luego duermo y me despierto a las 4:30 y escribo hasta las ocho y media de la mañana, luego, doy una repasada  de sueño (porque si no, voy sonámbulo todo el día) hasta que mi mamá  o mi hermana me llaman para el desayuno. Tanto duermes? dice una. ¿Porque no sales temprano a buscar  algo?, dice la otra. Yo callo.

Luego en el desayuno mi madre me dice por enésima vez ¿Porque  no abres tu corazón a dios?, él te va escuchar. Ella sabe que yo no creo en esa parafernalia inventada pero da rienda a su lengua y tengo que soportarla, por eso trato apurar mi desayuno. A mi no se me ocurre en mis noches de dolor cruzar  manos y arrodillarme  en ruego a un crucifico  pidiendo salud que no me va dar porque no existe; en todo caso, si existe el cielo está aquí para  aquel que sabe lidiar  y salir de un mal parecido al mío, soportándolo gozosamente pero sería una victoria de su persona y no de un agente exterior  ; y el infierno, también, como que el yo vivo, aparte, exilado de mi casa y viviendo  en esta morada que es mía también, pero no lo es como hogar.
Mi hermana como si dijera, ¿Que haces tirando naipes sobre  el hoyo de tu sombrero? ¡has otra cosa!Todos esos malestares es de no tener una ocupación estable, dice, y yo le cuento de mi escoliosis pero aunque si sopeso sus palabras cree que finjo .

Pues bien, salgo a la calle para  hacer algo pero nada hago, nada encuentro, me ven e inmediato encuentro en sus voces remilgadas la excusa y, en verdad, no me gusta que me desairen.
Pero el solo hecho de salir  y regresar a casa para almorzar para aparentar que hago algo, cuesta. ¿Qué hace en la calle un hombre si no avala el mismo sus proyectos? Toda mi vida mi labor ha sido ser independiente, ahora no puedo porque  el  capital no es suficiente y para estar todo el día vendiendo periódicos, alfajores o bacinicas de plástico mejor estoy escarbando orugas y lombrices del alma, escribiendo. Como decía, salir a la calle todo cuesta: pasajes en el metropolitano cuatro soles, una bebida cuando cansado de caminar sus calles sofocantes obliga sentar las posaderas en una plaza y, además, los tricicleros de D’Onofrio  provocan pedir un  dolcetto ,tres soles, que se diluye rápido y obliga otro; o si te arrebujas en una juguería, un jugo de papaya y un sándwich, seis soles. Y caminar por la calle ,sobre todo cuando uno tiene cierta curiosidad o inquietud para saber más, los ojos pesquisan por su propia gravedad, por ejemplo,ver en en el escaparate de una tienda el CD de Jimi Hendrix un rockero sobre quien en  una entrada había dicho algo de él y quiero comprarlo, cinco soles, para oír en el CD  si se vislumbra el drama que vivía; o ver en el bazar suelo un libro cuyo titulo La Reina en el Palacio  de las Corrientes de Aire cuyo autor, Sting Larsson, fallecido joven, con una triología de libros super ventas en el mundo me motiva comprar la copia, quince soles. Y todo cuesta.

 Me hubiese quedado feliz  en mi ignorancia, a veces digo.
Por eso, antes de salir a la calle prefiero introducirme en una cabina de internet a la espalda de mi casa y estar sentado ahí tres o cuatro horas escribiendo este mamarracho con unos soles, me sale más barato y  corre las horas más rápido.

Pero en general, ya no puedo estar aquí. Soy un badoque de 50 grados alrededor. Nada sano hay en mi cuerpo. Nada sano hay en mi alma. Los perros descargan sus meandros en mi pantalón. Ando kilómetros y kilómetros sin salir de mi cárcel. No persigo nada con mi modorra.

 Mi hermana, siquiera, tiene un buen negocio donde le hierve la clientela. Mi madre confía en su dios y está pendiente de las fiestas desde el adviento hasta el tiempo de  pascua. Cuando me concibió quiso fuera un varón y sano  pero se olvidó eximir, pedir que no tuviera, yo, una  cara de palo. Comprendo ahora que mi papá se fue  para no seguir viéndome como estoy.  ¡Viejo, antes de llevar a mamá llévame a mi!

Esta parte de mi vida ( como todo en general: bruno, brumo, percudido), ésta,  se llama negritud.

Con un pincel de un pelo tampoco puedo relievar mi oficio de escribir. Para nada sirvo.
Engrampador sin grapas

¿Qué  nigromante puede leer mi corazón?

¿Prometeo,te robaste mi fuego sagrado ?

Tengo colgado en mi cuello,creo, la tapa de un inodoro que  a todos  repele

Mi semblante es neutral  al despertarme pero, al punto, se amelcocha para todo el día.

¿Por qué un judío  o cualquier extranjero llega  al pais y pronto se hace de un negocio rendidor y ,yo, más de sesenta años pisando estas calles no atino a nada?

Los cavernícolas se entretenían pintando en las caverna y ese  legado es hoy admirado y estudiado, yo, ni siquiera me puedo comparar a  ese cavernícola. O, dicho de otra forma: la distancia que hay de mi a un portento  es más lejos que mi distancia a un mono, como dijo alguién.

 Pasé buena parte de mi vida buscando una mujer ideal y la que escogí (tal vez por mi culpa) solo emana hiel.

En fin, no supe hallarla,  frustración que hoy pago pero ya no  me animo  seguir buscándola en otros aires.

 El amor debe ser una esmeralda  dentro de un mojón de piedras pero, ¿en cuál?

En fin, no puedo dar cabida que me haya pasado sesenta años sin enterarme.

O, me espera la demencia senil como  lo que Mazeyra Guillen en sus cuentos semanales dice que soprendió a un pariente anciano conversando con los focos de luz del comedor, o , cortando con alicate los cordeles de la azotea de la casa donde se tiende la ropa arguyendo que eran las antenas de satanás y por ello se enteraba de todas las cosas que pasaba en casa.

 

 

 

 

 

 

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