Una señora a la altura de Vivanda en Miraflores
detiene un taxi. Es de noche, pasado dos
de la madrugada. El taxista pregunta, ¿Dónde le llevo señora? Ella le dice el
nombre de una calle que él no conoce por lo que pregunta: ¿A qué altura? Por el
Parque del Amor. Vamos, suba por favor.
Cuando se
instala la señora en el asiento de atrás el conductor siente de inmediato un
frío inexplicable, aunque cree que es
por una bocanada de la noche fría al abrir la puerta pero el frío
permanece. El trayecto era corto. Cuando el taxista está
entrando al Puente Villena mira por el
retrovisor y la señora no está, ha desaparecido. Se detiene, aparca el carro
para tantear que ha pasado. Por ahí cerca había dos serenos de la municipalidad
de Miraflores que resguarda ese paraje para evitar que más personas proclive al
suicidio aumente la estadística. Se acercan los serenos al auto y ven al taxista pálido que no sale de su asombro
y le preguntan , Qué sucede, porqué se ha detenido. El taxista les comenta el caso entrecortadamente. Ellos preguntan, Cómo estaba vestida la señora.
-Llevaba un vestido de encaje antiguo, llevaba puesto
un sombrero por lo que no le pude ver
bien la cara pero era blanca, alta y
usaba guantes blancos.
-¡Ah si! Ya oímos eso. Es un fantasma
que hace asustar a los taxistas…
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