Aquella tarde de fines de verano en el aula 301 del
tercer piso de la universidad, año 1971, en el local central del jirón Cañete la clase era sosa, aburrida y hacía un bochorno por la cantidad
enorme de alumnado en el salón, cerca de cien.
Y, sobre todo, por la cursi clase de lenguaje que nos
parecía aburrida a los que seguíamos ingeniería debido a la instalación
del Programa de Estudios Generales que era obligatorio llevar antes de seguir la carrera, por ejemplo, a
nosotros, llevar lenguaje, historia ,etc.;
a los que seguían Derecho tenían que
llevar matemática I, matemática II, y así..
Entonces, irrumpió por la ventana que daba al jirón Cañete, donde
había una tienda de discos la irradiación
de una música que nos sacó de la modorra
Palabras… palabras… (de Pimpinela)
Y, en un
momento, algunos, coligiendo con la clase
se rieron
Los otros, preguntaban de qué reían los que estaban pegados a la ventana
Y alguien les respondió:
Por la canción de Pimpinela que le da de alma al profe
Palabras…palabras…
Y el profesor ignorante de lo que pasaba seguía con su
letanía
Palabras …palabras…
Y los alumnos, ahora, casi todos se reían
Entonces, el profesor al notar ese relajo preguntaba:
¿Qué he dicho que les causa gracia?
Y de la calle:
Palabras…palabras…
Y más reían los
alumnos
¡Que me diga
alguien que quiera cuestionarme!
Palabras…palabras….
¡Pero que hable!
Palabras…palabras….
Y nos reíamos a más no poder.
….
Hoy, Joaquín y
Lucia Galán, 40 años después pasan desapercibidos en la Lima que antes los
endiosó, ante otros grandes conciertos
que se dan, por ejemplo, hace poco, de
Lady Gaga
Ahora actúan en un parque de comida rápida de una
tienda por departamentos en San Miguel.
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