domingo, 27 de enero de 2013

Transforme



Una familia  limeña va a San Bartolo en su auto, balneario al sur de Lima
A la altura de Lurín se para el carro Después de revisar el auto el conductor  considera la inutilidad  del vehículo  para seguir el viaje Y como es muy de noche decide quedarse a dormir en el carro junto a su hijo de 8 años y su madre y esperar la mañana para  pedir ayuda Estaban en eso, cuando la mamá ve por el espejo retrovisor un auto luminoso que se acerca.
El auto, como si estuviera en un halo de luz,  tiene todas las luces prendidas, del interior  también Se para delante y  baja un señor canoso de aproximada mente 60 años y pregunta:
-¿Algún problema señora?
-¡Si, mi carro no arranca!
-¿Lo puedo ver?
Sale el hijo y le abre le capot
El canoso observa Luego, de su auto  saca un cable y conecta a la batería del carro estancado y le dice a la señora que arranque
Ella lo hace y el carro arranca
-¡Pero no funciona los faros del auto! reclama la señora
-Bueno- dice el canoso- como yo tengo abundante luz les voy a guiar  adelante , así, les alumbro ¡Síganme hasta San Bartolo!
Y así fue
 Y el conductor canoso les dejó en la puerta de la casa de la familia  en San Bartolo donde el carro se vuelve a malograr pero ya están en casa y el conductor canoso se despide
El hijo sorprendido  pregunta a su mamá si le dijo la dirección de la casa
 -No,  pensé que tú le habías dicho- responde 
Entonces, ambos sorprendidos, aun en el resabio de la noche le siguen con la mirada al auto fosforescente que  tiene que dar una curva del balneario hacia la izquierda, a la carretera (la Panamericana Sur) y en ves de  hacer eso, el auto,  sigue de frente al mar y ¡oh sorpresa para la madre y el hijo! el auto navega sobre las aguas  hasta perderse.

Ya de mañana, el hijo busca un mecánico del lugar  para que revise el auto y le cuenta algo del percance y el mecánico opina:
-¡Imposible que este auto haya podido  venir desde Lurín, tiene la batería partida en dos!  

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