sábado, 19 de enero de 2013

Danza de las tijeras

Poco antes de suicidarse José María Arguedas acordó visitar al músico máximo Damian quién le esperó a la hora del almuerzo con la comida favorita del escritor: sopa y papa sancochada con queso
Pero el escritor nunca llegó
Por la noche Máximo Damian soñó que veía entrar a Arguedas a su cuarto con su saco al hombro
A la mañana siguiente, cuando fue a comprar  el pan leyó en un periódico un  trágico titular:
José María Arguedas se había suicidado
Durante su entierro dos danzantes de tijeras  Cien pies y Mariposa de Oro hicieron tintinear sus tijeras y danzaron la ritmo mágico del violín de  Máximo Damian y el arpa de Luciano Chiara y el charan go de Jaime Guardia.
Luciano Chiara y los  danzantes del grupo dancístico que Arguedas  reivindicó y valoró en su libro La Agonía de Rasu Ñiti cuenta:

"Nosotros los danzantes ensayamos los viernes porque viernes murió Jesucristo y los diablillos están sueltos, es la creencia Mis abuelitos y mis padres me han contado  que un danzante que ha hecho pacto con el diablo tiene que estar enterrado boca abajo 
con el fin que el diablo no saque el cuerpo y ,además, encima le echan espina grande de huallanca: o si no, lo entierran  en menos de 24 horas  en el campo cerca a un río Por eso  ahí donde hay cataratas ahí està el poder de los diablos Nosotros cuando queremos practicar nuestra danza ( de las tijeras)  lo hacemos ahí "    

                                                                              

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