¡Mis 36 colores1¡Ya me lo repondrán!¡Todito como estaba! rezongaba mi hija mayor cuando al llegar de la universidad veía desperdigado por la mesa, gastados, la punta exageradamente con el tajador mientras el culpable, mi hijo último hijo de cuatro añitos, agachaba la cabeza recortando figurillas de los dípticos de los automercados que solía dejarle en la mesa de centro exprofesamente para él
En vez de reprenderlo, me regodeaba en silencio con su afán de dibujar
El solía pedir a sus hermanos mayores que le dibujasen varios plantillas de banderas, para pintarlas tal como estaba en el diccionario Sopena, que días antes le había enseñado de que países eran, y ahora, el, los dibujaba con sus respectivos colores y cuando al azar le preguntaba a que país correspondía el me respondía acertadamente sin saber leer aun
Yo ni remotamente sabia hacerlo cuando tenia sus cuatros años
Hoy tiene 12 años y parece que la necesidad que hay en casa le ha estropeado ese interés por aprender
otra cosa que no sea dibujar la manga de Naruto , Bleach y One Piece
Me siento culpable
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