Su madre, una vecina, me dijo:
" Por favor, vecino, ocúpala en cualquier cosa, no hace nada en mi casa, siempre está con sus amigas y amigos que no le falta.
La vecina en cuestión preparaba caldo de gallina en un puesto, cerca a mi tienda y a veces le consumía; por no desairarla acepté, tal vez, pensé, como vendedora guste del oficio y cambie
Pero no pude aguantarle una semana
Le gustaba prender la radio a alto volumen, radio mía.
Cuando le observaba replicaba:
¡Pero señor, esta tienda, sin música parece un cementerio!
Había momentos en tardes calurosas quedábase dormida sobre el mostrador
¿Qué pasa, porqué duermes? le interpelaba
Es por la película que vi noche -respondía al punto y se ponía a contarme la trama..-
Empezaba a conocerla
Era coqueta con proveedores y vendedores que se prestaban a ello y armaban un guateque
que tenia, yo, que cerrar Pero no era así con los clientes que era lo que me interesaba, vender mas.
Había que estar mandando para todo, repetir el protocolo de cómo debe desenvolverse en la tienda
Tardaba a la hora de ingreso poniendo diferente escusas cada cual mas graciosa
A las 12:30, hora estricta, salia almorzar no importándole si había clientes por atender
A partir de las cinco de la tarde estaba pendiente al minutero del reloj grande
(que tenia a un lado de la pared)... por salir
"Señor, su reloj no está malogrado? Se demora en caminar" preguntaba
A las 6 y 30 p.m. su enamorado se paraba frente al portal de la tienda esperándola y ella se iba y ni un minuto mas se quedaba
Una vez reparé en ello y le hacia presente que no era el mismo hombre del día anterior
-¡Asi es la vida, respondía, hay que gozarla! Soy joven tengo derecho a tener un enamorado Si uno se va se repone de inmediato No soy como otras que se ponen a llorar
- Y, a donde van?
- Nos vamos a tomar un lonchecito, al pub, a oír música, los sábados a bailar
- ¿Porqué no empleas ese tiempo en estudiar y así poder buscar mejor empleo y mejor sueldo?
- Yo no valgo para el estudio El doctor me ha dicho que soy corta de vista y... Y se me hace tarde, otro día conversamos
Sin duda, no le iba aguantar mas de una semana
El "día d" llegó, aproveché cuando me preguntó
- Señor ¿cuánto es el cuarto de docena de 16?
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