Senti ruido en la tienda. era además vivienda de mis padres
- así son pues los sueños-
veo a dos mujeres caminar por el zaguán
quiero gritarles "¡Qué hacen por aquí! -es madrugada-
¡Si no serán ladronas!"
Pero las dos me ganan en voz Me dice la gorda, mayor,
Cóbrese "el morocho"
La otra. delgada y joven, "Cóbrese el azúcar"
Cuando cobro perdono todo pero las escudriño con la mirada
de pies a cabeza, atrás y adelante No tienen ni guardan nada
solo el morocho y el azúcar en las manos
Franqueo la puerta de la calle para que se vayan
y al abrir noto un moreno, afuera, que les aguarda
con un saco lleno - compruebo- nuestras cosas
Forcejeo con el hombre Me libro de él. recupero la bolsa
y las mujeres corren junto al moreno
Después arqueo, a la ligera, y vuelvo a mi cama
Aun el cielo rasga en jirones cinabrios, noto por la claraboya
Echado, veo acercarse a la mujer delgada y joven
Dice :"Yo no quiero ir con ellos Yo me quedo"
La miro Parece avergonzada y sumisa a mi mando
-Si te quedas tienes que acostarte conmigo - advierto-
-Esta bien -acepta y se echa a mi costado-
Abrazados conversamos sobre el incidente
Me da muestra de ser sincera y haber sido utilizada
El cielo alumbra a tiznado con borlas claras
Entra un conocido nuestro llamado "Hermano"
por pertenecer a una iglesia evangélica
Nos mira, menea la cabeza, sonríe cáustico y burlón
Señala el pulgar hacia abajo y me reprende:
"Te vas ir abajo, al infierno, Chendo"
El "Hermano" es el estibador de la cuadra
Al empezar nuestra jornada nos ayuda instalar la venta
Con el, suelo discutir asuntos de la biblia
que el cree a puntillas y yo soy reticente
Toma la escalera al segundo piso donde mis padres.
seguramente- va contarles el chisme
En efecto, luego, baja mi madre dispuesto a gritarme
Pero me adelanto y le digo en voz alta:
"¡Pero que quieres má estoy separado y necesito mujer!"
Sueños, sueños Yo no estoy separado ¿A qué viene ello?
No hay comentarios:
Publicar un comentario