- uno
- Señor ¿ pero para qué quiere sus certificados de estudios secundarios si usted tiene 69 años de edad?
- ¡Quiero estudiar!- dijo Yolanda, madre de tres hijas a su marido-
Hugo Sotelo Huamán de 62 años había dejado la universidad por la necesidad de trabajar
- Quiero volver a estudiar -respondió, estaba expuesto a esa pregunta-
¿No me lo va impedir, no?
¡¡Quiero ingresar a la universidad!!
- dos
- ¡Quiero estudiar!- dijo Yolanda, madre de tres hijas a su marido-
- ¡Para qué...! Yo te mantengo, además ¿Quién va cuidar a las niñas?
- ¡Quiero estudiar!
- ¿No entiendes?
- Hagamos un trato. Terminan sus estudios nuestras hijas y estudio
- ¡Esta bien! dijo el marido sopesando que ella se olvidaría con el tiempo el asunto
Pasaron ocho años. Las niñas, ahora jovencitas, estudiaban en la universidad y la doña, un día le recordó
- ¡Quiero estudiar! Acuérdate del pacto
- ¡Pero que vas hacer! Ahora las matemáticas son modernas Todo es en base a la informática
Entonces, ella le explicó que había un programa en La Católica llamado Plan Adulto Mayor
que eximía llevar cursos de matemáticas, siempre en cuando la carrera elegida sea humanidades
que eximía llevar cursos de matemáticas, siempre en cuando la carrera elegida sea humanidades
- tres
Hugo Sotelo Huamán de 62 años había dejado la universidad por la necesidad de trabajar
y porque en ese tiempo había continuas huelgas en la facultad
Después de 28 años volvía a la universidad
Sotelo fue Brigadier General del colegio secundario, Pedro A. Labarthe donde yo estudie,
aunque él era de otro salón
aunque él era de otro salón
Teníamos nosotros en el ultimo año, generalmente, 18 o 19 años (antes se terminaba de esa edad
la secundaria por lo general, y no como ahora de 15 o 16 que parecen bisoños y niñatos )
la secundaria por lo general, y no como ahora de 15 o 16 que parecen bisoños y niñatos )
Pero Hugo Sotelo tenia 28 años cuando menos
¿Qué hacía un hombre maduro en la secundaria común diurna?
Por ser mayor de edad el director le nombró Brigadier General
y él se prestaba para ello , su voz de mando era gangosa, fomentaba la disciplina,
sobre todo, en la formación en el patio
"Para un hombre no importaba la edad cuando había voluntad de conseguir algo"
decía cuando alguna vez le interpelamos amistosamente ese detalle
y él se prestaba para ello , su voz de mando era gangosa, fomentaba la disciplina,
sobre todo, en la formación en el patio
"Para un hombre no importaba la edad cuando había voluntad de conseguir algo"
decía cuando alguna vez le interpelamos amistosamente ese detalle
Eso lo demostraba nuevamente a los 62 años reingresando a la universidad.
(Adaptado reportaje diario La República 11junio 2004)
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