lunes, 18 de junio de 2012

El vendedor de tasas judiciales

El furgón había pasado por la reja  inmensa de Palacio de Justicia cuando repentinamente se paró
Bajaron un decena de celadores con el arma en ristre mas  docena de policías que aguardaban
Hicieron un cono, cuyo vértice era la puerta trasera de palacio
Y los peatones, abruptamente, fuimos impedidos de cruzar esa calle
Después, uno a uno, bajaron los presos- seguramente de la cárcel de Lurigancho -
a una sala de audiencias en algún piso de palacio
Muchos civiles buscaron  manera de eludir rápido el impedimento
largándose cuanto antes Pero yo me detuve recostado a la pared y poder observar:
Aquellos que bajaban buscaban con la mirada algún conocido entre  peatones a quien pasarle la voz
y avisar ,supongo, que  estaban preso en la cárcel tal , pabellón tal y sus ojos ansiaban
pero la suerte no  les ayudaba
Entonces detuvieron al segundo grupo  esperando a  los que habían ingresado descongestionaran el pequeño vestíbulo Policías de resguardo les amenazaban con palabras soeces al orden
En marroca con el semblante cariacontecido,  un preso de cuarenta y tantos años, avejentado
parecido a che copete de Condorito,
miraba a un vendedor ambulante de tasas judiciales que también estaba observando
Habría pensado en ese  momento algo asi:
< Cómo no quisiera ser como aquel humilde vendedor de tasas judiciales,
Saldría al Paseo de la República a recibir la brisa que viene del sur lo que mi  pulmón pudiera quepar ,
Cruzaría  al frente  donde hay un centro comercial que no  había  cuando me metieron a la cárcel
Buscaría un cafetín Me sentaría  Observaría el gentío Pediría un sandwuich saboreando mi libertad,
observando los lindos stands Luego de un rato cruzaría  Wilson por Uruguay o Bolivia
Bajaría hasta Alfonso Ugarte mirando la gente, las tiendas
Mis ojos no se cansarían ver Al contrario, mi ánimo  levantaría
Ver  muchacha bonitas caminar bien vestiditas  Ver entrar una en la librería y escoger los últimos best seller
Mandaría lustrar mi zapato por el puro gusto de pagar un servicio ,
conversar un rato con el lustrabota sin ningún tipo de presión
Libre de odio contra la mujer que causó mi detención Olvidaría esa venganza Trataría   valorarme,.
Algo bueno me quedaría  , solamente un gramo de decencia necesitaría  para elevarme
¡Qué dicha sería estar libre! Daría la vuelta por Colmena y Camaná
Oír el bullicio de la gente, la bocina de los autos El alborozo de los estudiantes,
los enamorados visitando las discotecas tomaditos de la mano
Llegaría  hasta Hiraoka y le vería como antaño,  lleno de gente en el primer piso ,
pero en las panorámicas vitrinas ver nuevos artefactos , nuevos televisores,  computadoras,  tablets
¡Cómo avanzó el mundo en mi ausencia! diría
Los empleados salir de oficinas y  dirigirse a sus hogares  ...sus hogares... mi hogar >

Una lágrima pesada  rodó por su agrietada faz Nadie se dio cuenta, solo yo En eso, entraron
Y yo completo la percepción de su vida:

< Antes de ir a la casa de mi madre , es la única que me abriría. por la calle Bolívar La Victoria,
iría el restaurante  de la china Zulema ¿estará aun?  Preparaba  ricos tallarines saltados
Por ahí, hay mujeres baratas pero yo no querría una  de esas
A pesar que necesito, tanto tiempo en ausencia de mujer, pero no
Invariablemente recordaría en mi esposa.
 No  creo  quedaría conforme sin hombre A pesar de su canallada  era bonita
No le habrá faltado otros pretendiente, no la dejé  seguro de manutención,
Pero no me rindo a tener otra mujer  con quien formaría  hogar y no solo  casa,
El tiempo me daría  revancha de cambiar, a bien, el saldo de mi vida
 De cualquier mujer  ordinaria haría relucir ese carbón de belleza y la afloraría a diamante
Mi corazón de par en par Seria sincero y si es digna  comprenderme mi delito
 -y perdonarme- la llevaría al cielo con amor
Pero si a pesar de todo no me quisiese  y buscaría otro Ya no iría a buscarla para certificarlo
como  comprobé el engaño de mi esposa:  subir a un hotel donde su amante le esperaba
 a quien disparé y maté, y ella quedó mal herida pero logró salvarse ¡Ya no! ya no seria así
No se puede ser dueño del corazón de una mujer,
en realidad,. no podemos ser dueño de nada. Nada llevamos
Solo nos queda vivir bien este tránsito de luz.
Venimos de una oscuridad y volvemos a la oscuridad Solo un poco de luz intermedia, esta vida
Observaría como duerme su sueño sereno mi nueva mujer,
Alisaría el peinado de su cabello, me enternecería ver las venillas de su piel que trasmiten vida
y contento de pertenecerle
Tomaría su mano,  recibir de respuesta, la suya que también me aprisionaría en sueños
y al despertarse me miraría con  amor
 El amor se da en pequeños gestos, acabaría  comprender,
en la lectura de los ojos  diría que no quiere que me vaya
El amor  no sería esa aberración de frotar sus partes intimas en un bar de mala muerte y
excitarla- como hice antes con otras-  para que me dijera ¡Hagamoslo! Llévame
Y le llevaba a cualquier hotelucho  a dar rienda suelta al sexo
 Pero ese tipo de amor   ya no Ahora tenía que ser paciente, espontáneo, consentido
En libertad, buscaría  colocación al día siguiente, sin perdida de  tiempo,
 Recuperaría el  tiempo perdido Aunque no del todo Me dio espacio a pensar esto que digo
Buscaría un trabajo que me guste Y si no lo hay o no me lo dan por mis antecedentes,
 lo crearía ¡de ambulante no importa! junto a mi nueva mujer y  poco poco me levantaría
 hasta que este holocausto lo consideraría  un sueño, que dudaría que me había pasado
¡Como no quisiera ser como ese humilde vendedor de tasa judiciales!>

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