viernes, 14 de febrero de 2020

Poemario Las palabras


Tan prendido estaba a ellos que  cierta vez me pasó un detalle:

A la carreta de doña Ventura
-tablas seguras  sobre ruedas-
Fui a comprar libros usados
Sí a mi gusto uno encontraba

Saber, doña Ventura no estaba
Había ido almorzar, dijo la vecina,
En ojear aproveché la mesa 
y casi no había libro separable
Aunque reparé  uno pequeño:

Diario del año de la peste, 1722 
obra de Daniel Defoe

La estuve esperando buen rato
Debió ser copioso el almuerzo
Aunque, opíparo, no lo creía
No beneficioso me parecía
la reventa del libro  usado

Sobre todo en este país
que al joven escaso  paga
por más laburo que haga
(comida arriendo  pasajes…
Vaya a saberlo, por dios)
Exiguo lo que  queda, y eso
No digo el gasto con la mina
Sea pobrecita o muy fina

Además,  no da pie a la lectura
y eso no importa a la pareja,
a la casta, menos al gobierno

La doña por ahí habrá quedado
Conversando con alguna amiga
No digo más porque tiene varón
Su marido, el flaco Medardo,
Alto, con la nuez  marcada

Librovejero que le recuerdo
Cuando, cerca, tenía mi tienda
A cada rato libros le compraba

Hasta que un día una muchacha
No sabía qué hacer ni dónde ir
Como muchas que allí abundan
(Entre bienes servicios fecundan)

Y de la unión particular  nació
Un lazo que Medardo pedía
Teniendo atiborrada tantas
novelas  de amor y desamor
que su mesa humilde gemía

Proveía libros por la mañana
Ora quien atendía, su mujer
El resto día iba  al  bar a jugar
con amigos que no faltaba

Su negocio estaba de bajada,
Solo el libro de Daniel Defoe,
Diario del año de la peste, 1722 
Volveré mañana, hice la promesa.


*

Ahora si la vi a doña Ventura
Al día siguiente apilando libros
Delante había varios clientes
como yo, mix libros, buscaban

No importaba, el mío tomé
Precio, a la doña pregunté,
Un peludo joven intervino:

¡Ese libro lo tengo separado!

Rogar, llevarlo, permitiera
Pero vi otros libros cogía,
Al final, pensé, depuraría
Esperaba el mío lo dejara

O,  por llevar varios, rebaja
pidiera, y la doña no le hiciera
Pero ¡ay! Le dio buena oferta

¡ Le pago más! Quería pujar       
O debí decir: lo separé ayer
Si gusta pregunte a la vecina
Pero ahora ésta no estaba

¡Caramba, qué piña! (1), dije
¿Por qué un libro me aflige?

¿Discutir por un libro viejo?
Se regatea el arriendo de casa  
Se porfía al taxi bajar la tarifa
¿pero, reñir por un libro usado…?

Sin embargo, por dentro sufría
¡Mi Defoe se iba con mi parejo!
Como si yo, con enamorada,
Otro, del brazo me lo quitara

Quedé rascando mi mollera
¡Me pasó en mi propia cara!
Como si Minerva me matara
¿Por qué yo no reaccionaba?
¡Qué cosas, las que me pasa!
¿Por qué tanto afán poseer
Si solo me digno encajarlos?

Colocar bolitas de naftalina
-el comején no roa su historia-
Los libros que he conseguido
con los años vuelto más viejos?

Buscar libros viejos es mi vicio
Cuando yo al otro lado esté
Libros incontinentes, pediré.
 _
(1) mala suerte

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autor jrosual

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