miércoles, 24 de abril de 2019

Alan 13- El anillo de Giges




Era el año 400 a.C. aproximadamente y en la antigua Grecia Sócrates dialogaba con sus discípulos. El joven Glaucón cuenta entonces la historia del anillo de Giges: Giges es un humilde pastor que un día encuentra en el fondo de un profundo pozo un cadáver sin más prendas que un anillo de oro. El pastor decide llevárselo y poco después, mientras jugaba a girarlo en uno de sus dedos, descubre que este le podía dar el poder de la invisibilidad. Tan pronto se entera de ello, Giges concibe un plan malvado para ingresar al palacio real, seducir a la reina, matar al monarca y usurpar la corona. Y no solo lo concibe, lo ejecuta. La tesis de Glaucón es que todos los seres humanos somos Giges, corruptos por naturaleza, y que lo único que pone freno a nuestros apetitos es el temor a ser descubiertos y, por tanto, a ser castigados. La historia la recoge Platón en su obra La república.
La historia no termina ahí. Según narra luego Platón, con un poco más de fe en la humanidad, Sócrates refuta a Glaucón y sostiene que la vida es mucho mejor si es vivida de manera cooperativa, si buscamos el bien común y practicamos la honestidad. Pero lo más importante: no solo afirma que es más beneficioso vivir sin hacernos trampa los unos a los otros, sino que es posible que los seres humanos tengan esa conducta.

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