Orfelina,
boca siempre pintada a carmesí
Había
alquilado un puesto a la vecina Tomasa
Ésta
en vez de vender fruta en su puesto
Sacaba
en carreta para vender en la calle
Un
hijo asimilado al servicio militar tenía
Boina
a la hombrera, impecable uniforme verde
Le
veía, llegaba los viernes al caer la tarde:
Trigueño,
pelo corto, siempre, sonrisa a flor
A
tez oscura sus dientes blancos resaltaban
Un
diente de oro engarzado le adornaba
Resultó
ella amancebándose con el joven
Y
los viernes la esperaba ansiosa deseosa
Diente de oro servía
enclaustrado la semana
con
avidez pantagruélica excitado venía
El
peso de su corazón debitaba su
intenso
Porque
suspiros auditaba cuando pasaba
Se
la llevaba para colgarla en su hombrera
De
vuelta, luego de cenar bailar – decían-
A media noche, la metía al cúbico puesto
Y
allí enredándose al desenfreno quedaban
De
modo era difícil contar sus entregas
Dos
niños cuyo padre nunca vimos tenía
Por
eso que a mamá no le caía la Orfelina
Chela me contó cierta vez un sobrino suyo
le
había salido lunar forma de murciélago
con
sus alas desplegadas sobre la rodilla
Hasta no ver con mis propios ojos no le creí
¿Que
es esto? ¿Mala suerte signada a un niño?
¿Un
castigo a tu hermana por ser tan ligera?
Nada
de eso, dijo Chela, y convencida agregó:
Gestando
mi hermana Orfelina gustaba ver
Batman
en mangas y, así, mipado quedó
El
amor no es solo consentir su hermosura
Sino
arrastra estigmas de familia o decires
En ese momento el término me sorprendía
Y
fui en busca de mayores me absolvieran.
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(1) Planta hortense a manera la lechuga cuyas hojas
se abren
(2)Cine Sucre.
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