CARTA TESTAMENTO DE GETÚLIO VARGAS. 24 DE AGOSTO DE 1954
V. El tercer mundo
“Una vez más las fuerzas y los intereses en contra del pueblo se coordinarán y se desencadenarán sobre mí.
No me acusan, me insultan; no me combaten, me calumnian y no me otorgan el derecho a defenderme. Necesitan sofocar mi voz e impedir mi accionar, para que yo no pueda continuar defendiendo como siempre he defendido al pueblo y especialmente a los humildes.
Sigo el destino que me he impuesto. Luego de décadas de dominio y de expoliación de los grupos económicos y financieros internacionales, me hice jefe de una revolución y vencí. Comencé el trabajo de liberación y establecí el régimen de la libertad social. Tuve que renunciar. Puse el Gobierno en los brazos del pueblo. La campaña subterránea de los grupos internacionales se alió a los grupos nacionales sublevados contra el régimen de garantía del trabajo. La ley de lucros extraordinarios fue detenida en el Congreso. Contra la justicia de la revisión del salario mínimo se desencadenaron los odios. Quise lograr la libertad nacional con la potenciación de nuestras riquezas a través de Petrobras, cuando comienza a funcionar mal, la ola de disturbios se acrecienta. La creación de Electrobras fue obstaculizada hasta la locura. No quieren que el trabajador sea libre. No quieren que el pueblo sea independiente.
Asumí el gobierno dentro de una espiral inflacionaria que destruía el valor del trabajo. Las ganancias de las empresas extranjeras llegaron al 500% por año. Llegó la crisis del café, se valorizó nuestro producto principal. Intentamos defender su precio y la respuesta fue una violenta presión sobre nuestra economía que nos obligó a ceder.
He luchado mes a mes, día a día, hora a hora, resistiendo una presión constante, incesante, soportando totalmente en silencio, olvidándome de mí mismo, tratando de defender al pueblo que ha quedado desamparado. Nada más puedo darles salvo mi sangre. Si las aves de rapiña quieren la sangre de alguien, si quieren continuar chupándosela al pueblo brasileño, ofrezco mi vida en holocausto. Elijo este medio para estar para siempre con vosotros. Cuando los humillen, sentirán mi alma sufriendo a vuestro lado. Cuando el hambre golpee vuestra puerta sentiréis en vuestro pecho energía para la lucha por vosotros y vuestros hijos. Cuando os vilipendiaren sentiréis la fuerza de mi pensamiento para reaccionar.
Mi sacrificio os mantendrá unidos y mi nombre será vuestra bandera de lucha. Cada gota de mi sangre será una llama inmortal en vuestra conciencia que mantendrá sagrada vibración para vuestra resistencia. Al odio respondo con el perdón. Y a los que piensan que me han derrotado les respondo con mi victoria. Era esclavo del pueblo y hoy me libero para la vida eterna. Pero ese pueblo del que fui esclavo ya no será más esclavo de nadie. Mi sacrificio permanecerá siempre en su alma y mi sangre será el precio de su rescate.
Luché contra la expoliación del Brasil. Luché contra la expoliación del pueblo. He luchado a pecho descubierto. El odio, las infamias, la calumnia no abatieron mi ánimo. Les di mi vida. Ahora les ofrezco mi muerte. No recelo. Doy serenamente el primer paso hacia el camino de la eternidad y salgo de la vida para entrar en la historia”.
Getúlio Vargas.
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