LA
CALAVERA
¿Ves
cómo sufrimos llevar la casa adelante?
¡Tú,
como mayorcito tienes que comprender,
¡Así
que anda ya, saca los tableros y cajones
Tú
ya sabes cómo es, repitiendo no lo voy a estar!
¡Quiero
todo dispuesto cuando llegue!, - amenazaba:-
¡Pobre
de ti no esté, te jalo la oreja hasta que salga!
¡Todos
tenemos que trabajar y tú grande ya estás!
¿De
dónde saldrá los cuadernos que has de necesitar?
¿De
dónde el jabón para lavar tu ropa?, cuestionaba
Suspendido
sueño, el cerro medio dormido bajaba.
Al
pie, la pampa –en bisectriz al colegio amarillo-:
-mi colegio, hasta el tercer año de primaria-
Una
alambrada arrancada en el eje había
Cruzarla
para acortarla e ir por pan solía
-por
el flanco- y saltar la verja a la avenida (1)
Una
vez me ocurrió empinar por una ventana
De
lleno di a un esqueleto tamaño natural
Mandíbulas
abiertas como si de mí rieran
En
sus cóncavas orbitarias ver luces parecía
Después
lo prescindí, contornear prefería
Por
el pilón, que de agua al cerro surtía
No hay comentarios:
Publicar un comentario