CINE MUNDO
O, a veces, iba
al cine Mundo, estaba cerca
Pasando
la capilla y la piscina del padre
-como
ayer se conocía- a ver cintas de mayores
Isabel
Sarli, Libertad Leblanc, gauchas ellas
Oía
en el quiosco de Matías: mujerazas,
Picada
curiosidad a quiénes llamaban
fui
un jueves en matinée para verlas
Demasiado
halago para ser película
Acciones
de guerra ni muerte carecía
Cuando,
tres segundos, Isabel, desnuda surgía
-totalmente-
a todo el largo de la dormilona
Mientras,
al frente, el pintor*, la retrataba *Armando Bo
Entonces
imponente silencio la sala hacía
Si
bien para nada los parlamentos entendía
Escenas
así pliegues íntimos des mohecía
Estaba
preocupado la peli acabara
antes
que encendieran la galería
Me
cuidaba que algún conocido me viera
como
Raúl, Matías o Zennén el cevichero
chismosearan
-sobre todo a Raúl temía -
Como
loco hasta llegar al mercado corría
Lo
que me iba a decir mi madre presumía
Cómo
me iba a recibir, qué me pasaría
Pues,
las manos en jarras, engarzado fuste,
En
efecto, así la encontraba, y rezongaba:
¡Muchacho
de miércoles! ¿Dónde has estado?
¡Me
matas!¡Te he buscado por todas partes!
¿Dónde
diablos te has metido? ¡Dime ya!
¡Tenía
que llevarla a tu hermana al doctor!
¡Tenías
que quedarte en la venta!¿Por qué?
¿Por
qué me haces esto? –y más enfurecía-
Me
metiera al puesto, obviamente, pedía
para
castigarme a su gusto –no entraba-
Con
mi faz más dulce y tierna mostrada
trataba
aquietar su furia, pero era inútil
¡Entra
carajo, te digo por última vez!
Entre
peticiones y suplicas –atento
A
la retaguardia libre para correr- afloró
Orfelina,
la hermana mayor de Chelita
-Solidarizaba
me- a mi madre advertía
(a
maneras, o sino mamá iba contra ella:)
¿Qué
sacará pegándole, vecina? Es peor
Así
son los hijos, ya cambiará, más bien
Oblígale
como castigo hacer una labor
Entonces,
ora mi madre me conminaba:
¡Anda
a la casa y has la limpieza!¡Pero ya!
¡Pobre
de ti si no lo haces! ¡Allí si te cae!
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