Vivir sin enterarme
En cualquier movilidad pública cuando dificultosamente
me he pertrechado en mi asiento, al cabo de un rato me pongo a observar y
pensar: Miro a mis compañeros de viaje y
todos son jóvenes, yo soy el único viejo, generalmente es así y ya son varias
veces que hago esta expectación.
Voy a un
cumpleaños del primer nieto de mi hermano y soy un aguafiestas, una cara de
palo muestro para los cumpleaños, el payaso, el animador, se mofará una vez más
conmigo como lo hizo en otra actividad reciente. No debía ir si no me gusta pero era el primer nieto de mi hermano menor.
Lo que más me
molesta es no poder conversar con la
señora o el señor, invitado también, por el
estruendo de los parlantes En el Perú las fiestas familiares si no hay bulla con hartos decibeles no es
fiesta. Soy aburrido para todo. No pensé que la vejez era así, calamitosa.
Yo pensaba que la vejez empezaba por las
arrugas y las canas pero a mi me ha empezado por el dolor en las rodillas, incluso, si estoy
echado en cama, salta las rodillas
involuntariamente y no me deja dormir.
Veo los hinojos y no tienen el
color cardenal de un hematoma, parece normal pero ¡cómo duele! El reumatólogo dice que tienden al genu valgo
(formarse mis piernas como una 0 ) Los
veo con detenimiento y no me parecen, aun.
Además, el dolor al cuello que no puedo voltear hacia el lado izquierdo:
si una muchacha guapa en la calle se me
cruzara por ese flanco para observarla tendría que dar la vuelta completa para prestar
atención a su derrier. Al acostarme lo hago boca arriba, a los lados molesta o
salvo que tenga el sueño muy intenso pero al despertarme tengo adolorido los cuerpos vertebrales osteopénicos .Sufro de
una escoliosis cervical derecha C7-C8. Verdad, no pensé que la vejez era así. Y
no me he caído ni me han pegado pero el doc dice que el organismo no olvida y
te cobra la factura por un desarreglo o exceso anterior. Pueda ser, exageré
levantando demasiado peso cuando tenía mi tienda.
Al no poder dormir bien, me levanto y escribo como lo
hago ahora, en sucesiones intercaladas con
el sueño en una misma noche. Me acuesto temprano A las una me despierto y
escribo hasta las 2:30, luego duermo y me despierto a las 4:30 y escribo hasta
las ocho y media de la mañana, luego, doy una repasada de sueño (porque si no, voy sonámbulo todo el día)
hasta que mi mamá o mi hermana me llaman
para el desayuno. Tanto duermes? dice una. ¿Porque no sales temprano a
buscar algo?, dice la otra. Yo callo.
Luego en el desayuno mi madre me dice por enésima vez ¿Porque no abres tu corazón a dios?, él te va
escuchar. Ella sabe que yo no creo en esa parafernalia inventada pero da rienda
a su lengua y tengo que soportarla, por eso trato apurar mi desayuno. A mi no
se me ocurre en mis noches de dolor cruzar manos y arrodillarme en ruego a un crucifico pidiendo salud que no me va dar porque no
existe; en todo caso, si existe el cielo
está aquí para aquel que sabe lidiar y salir de un mal parecido al mío, soportándolo
gozosamente pero sería una victoria de su persona y no de un agente
exterior ; y el infierno, también, como
que el yo vivo, aparte, exilado de mi casa y viviendo en esta morada que es mía también, pero no lo
es como hogar.
Mi hermana como si dijera, ¿Que haces tirando naipes
sobre el hoyo de tu sombrero? ¡has otra
cosa!Todos esos malestares es de no tener una ocupación estable, dice, y yo le cuento de mi escoliosis pero aunque si
sopeso sus palabras cree que finjo .
Pues bien, salgo a la calle para hacer algo pero nada hago, nada encuentro, me
ven e inmediato encuentro en sus voces remilgadas la excusa y, en verdad, no me gusta que me desairen.
Pero el solo hecho de salir y regresar a casa para almorzar para aparentar que hago algo, cuesta.
¿Qué hace en la calle un hombre si no avala el mismo sus proyectos? Toda mi vida
mi labor ha sido ser independiente, ahora no
puedo porque el capital no es suficiente y para estar todo el
día vendiendo periódicos, alfajores o bacinicas de plástico mejor estoy escarbando orugas y lombrices
del alma, escribiendo. Como decía, salir a la calle todo cuesta: pasajes en el metropolitano
cuatro soles, una bebida cuando cansado de caminar
sus calles sofocantes obliga sentar las posaderas en una plaza y, además, los tricicleros
de D’Onofrio provocan pedir un dolcetto ,tres soles, que se diluye rápido y obliga
otro; o si te arrebujas en una juguería, un jugo de papaya y un sándwich, seis
soles. Y caminar por la calle ,sobre todo cuando uno tiene cierta curiosidad o
inquietud para saber más, los ojos pesquisan por su propia gravedad, por ejemplo,ver
en en el escaparate de una tienda el CD de Jimi Hendrix un rockero sobre quien en una entrada había dicho algo de él y quiero comprarlo, cinco soles,
para oír en el CD si se vislumbra el drama que
vivía; o ver en el bazar suelo un libro cuyo titulo La Reina en el Palacio
de las Corrientes de Aire cuyo autor, Sting Larsson, fallecido joven, con
una triología de libros super ventas en el mundo me motiva comprar la copia, quince soles.
Y todo cuesta.
Me hubiese quedado
feliz en mi ignorancia, a veces digo.
Por eso, antes de salir a la calle prefiero introducirme en una
cabina de internet a la espalda de mi casa y estar sentado ahí tres o cuatro
horas escribiendo este mamarracho con unos soles, me sale más barato y corre las horas más rápido.
Pero en general, ya no puedo estar aquí. Soy un badoque
de 50 grados alrededor. Nada sano hay en mi cuerpo. Nada sano hay en mi alma. Los
perros descargan sus meandros en mi pantalón. Ando kilómetros y kilómetros sin
salir de mi cárcel. No persigo nada con mi modorra.
Mi hermana,
siquiera, tiene un buen negocio donde le hierve la clientela. Mi madre confía en su
dios y está pendiente de las fiestas desde el adviento hasta el
tiempo de pascua. Cuando me
concibió quiso fuera un varón y sano
pero se olvidó eximir, pedir que no tuviera, yo, una cara de palo. Comprendo ahora que mi papá se
fue para no seguir viéndome como estoy. ¡Viejo, antes de llevar a mamá llévame a mi!
Esta parte de mi vida ( como todo en general: bruno,
brumo, percudido), ésta, se llama negritud.
Con un pincel de un pelo tampoco puedo relievar mi
oficio de escribir. Para nada sirvo.
Engrampador sin grapas
¿Qué nigromante
puede leer mi corazón?
¿Prometeo,te robaste mi fuego sagrado ?
Tengo colgado en mi cuello,creo, la tapa de un
inodoro que a todos repele
Mi semblante es neutral al despertarme pero, al punto, se amelcocha
para todo el día.
¿Por qué un judío
o cualquier extranjero llega al
pais y pronto se hace de un negocio rendidor y ,yo, más de sesenta
años pisando estas calles no atino a nada?
Los cavernícolas se entretenían pintando en las caverna
y ese legado es hoy admirado y estudiado, yo, ni siquiera me
puedo comparar a ese cavernícola. O,
dicho de otra forma: la distancia que hay de mi a un portento es más lejos que mi distancia a un mono, como dijo alguién.
Pasé buena
parte de mi vida buscando una mujer ideal y la que escogí (tal vez por mi
culpa) solo emana hiel.
En fin, no supe hallarla, frustración que hoy
pago pero ya no me animo seguir buscándola en otros aires.
El amor debe
ser una esmeralda dentro de un mojón de piedras
pero, ¿en cuál?
En fin, no puedo dar cabida que me haya pasado sesenta años
sin enterarme.
O, me espera la demencia senil como lo que Mazeyra Guillen en sus cuentos semanales dice que soprendió a un pariente anciano conversando con los focos de luz del comedor, o , cortando con alicate los cordeles
de la azotea de la casa donde se tiende la ropa arguyendo que eran las antenas
de satanás y por ello se enteraba de todas las cosas que pasaba en casa.