domingo, 6 de octubre de 2013

Madre, entrar a tu cuarto…

                   
Madre, entrar a tu cuarto es entrar a un pequeño santuario:
 marco repujados en plata, de vírgenes y santos de toda clase,
 sobre las mesas ,en  urnas de madera y hasta  una de cristal;
más  crucifijos  y  marías ¡no quepa pender en  cuatro paredes!
Madre, entrar a tu cuarto es  toparse con osos… osos de peluche.
Osos grandes, osos pequeños, ojos de caramelo,  relleno de encanto
Muñecas de fino vinilo hasta una muñeca de trapo patilarga;
Chuchubelo y  pepes que te entretienen cosiendo   nueva muda.
Madre,  entrar a tu cuarto es toparse con tu arte de  bendita mano 
Vense en tela clara  lindo bordados,  en pañuelo, par de corazones
Mantel de mesa labrado a punta de amor y enorme paciencia;
Avíos de ex bailarina de tu pueblo: baitilla, enaco,  cintas y sombrero

Madre, entrar a tu cuarto es inhalar untura  de variedad de pociones
 Miríada platina de medicamento, en grageas, a tus males reumáticos
Todo ello , madre, llena los ojos, trasunta el alma en carácter único
Que no puedes obviar y como santuario siempre he de perdurar.



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