viernes, 11 de octubre de 2013

Ausente 15 minutos

Una señora desaparece del ataúd en que lo estaban velando. Se da cuenta su hija por la mañana (7:15) luego de pasar la noche  velando. En la sala de la casa habían quedado pocas personas y la familia estaba descansando en los pisos superiores para la ceremonia del entierro que iba ser en la tarde de ese día. La hija llama a sus hermanos  gritando  ¡No está mi mamá! ¡No está mi mamá!  Bajan los hermanos y certifican la ausencia de mamá  en el féretro ¡Dónde está mi mamá¡  ¡Dónde está mi mamá¡ ¡ Quién se lo ha llevado! Se escucha voces airadas. Se creó un caos y desconcierto en la casa ante el estupor de todos. Nadie de los que habían quedado sentados en las bancas de la sala había visto manipular el féretro. Todos los dolientes estaban atónitos sin saber  qué hacer en este caso (¿irían al Puesto y denunciar mi madre  difunta ha desaparecido de su cajón? O, preguntar a los vecinos, de casa en casa  ¿No ha visto a mi madre pasar por aquí?) El caso es que la misma hija que dio aviso volvió a ver en el ataúd a la mamá y dijo ¡Ya llegó mamá!  ¡Ya llegó mamá!   Y se puso a llorar de la impresión
Luego, más calmados, ante las disparatadas conjeturas  sobre lo que había pasado establecieron: O fue una colectiva falsa visión,  porque todos habían visto el cajón vacío,  o es  que, considerando la hora de la desaparición  - la madre solía ir siempre a  misa en la parroquia -  esa mañana no fue la excepción.
Estuvo ausente 15 minutos.


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