Muchas personas que pudieron tener mejores opciones de labor
pero por cierta relación familiar o amical (cierta seguridad y beneficios,
además) se conformaron con el trabajo
gubernamental que han escogido.
En la meridiana vida cavilan que los beneficios laborales y
sociales es la expectativa de vida pero, el gobierno no lo suelta hasta que
cumpla los años de aporte o la edad respectiva (65 años, edad, piensan estos
señores, que no se puede empezar otra cosa) y, por lo tanto, prefieren seguir recibiendo, ahora, el esmirriado sueldo
y lo soportan por la jubilación. Pero su trazo y significado de vida personal no ha sido consolidada.
Y como no le alcanza el
sueldo y no pueden irse, mucho de ellos lucran: o bien, directa mente si tiene
acceso a los recursos (sobre valoración en las licitaciones, por ejemplo) o
prodigando favores a los simples usuarios
del sistema previa tajada.
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