viernes, 30 de noviembre de 2012

La monja en la combi

Este calor  está empezando abochornar a los que viajan  dentro de la camioneta rural de servicio de transporte público, llamada aquí combi, está haciendo perder los cabales
Una monja en un paradero sube azarosa y dice:
¿Nadie me ayuda? ¡Caramba con la gente!
Un señor deja su asiento en primera fila para ayudarla subir y luego ella se posesiona.
Es alta,  sandalia de fino cuero revela que tiene los pies grandes,
 limpio y arreglado pero al bajar una señora en el próximo paradero se tropieza con ellos  que la monja, de hábito celeste y crucifico desmesuradamente grande, grita de dolor ¡Mis callos! dice ¡Fíjese señora! ¿No tiene ojos para ver? ¡Serrana de miércoles! La señora,  apeada, quiere responderla pero  el crucifico del habito la bloquea y sigue su caminoEl cobrador, mozuelo, sentado al lado, le pide dinero por el pasaje
Yo tengo pase Yo no pago, reacciona la monja
El mozo, debe ser hijo del chófer, a él consulta 
Este, por el retrovisor del espejo le hace  seña que sí y la monja se niega a pagar y aclara:
-Usted compra su carro y no se entera el reglamento que nosotras no pagamos ¡Qué pasa carajo!
- Esta bien, esta bien, que así sea pero usted que cuelga un crucifico porqué insulta? Lo tiene por las puras  
- Porqué metes a la cruz?,  se malhumora  la monja y se enrojece de cólera
Aprovecha la luz roja, abre la puerta y ante de cerrar estrepitosamente dice, usted es un imbécil, y una retahíla de denuestos.
Este calor  está empezando abochornar a los que viajan y poniéndoles de mal humor.

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