sábado, 21 de marzo de 2015

Villavicenta



Villavicenta
Siempre movediza, inquieta,
sobre todo
cuando en su cama un alma más
en los lances es parsimonioso

Entonces
Sin prolegómeno toma la iniciativa
mas o menos, así le conmina :

¡Aja!, si has llegado aquí es porque quieres
pues ¡que esperas! ¡abalánzate!
No me vengas con floros
que para eso  ya estoy grandecita
Y no hay tiempo que perder,
algo inventa ¿Qué esperas?

Y los ojos de doña Villavicenta
atentos ven el ecran donde la función empieza
falciforme que siega mieses y hierbas
no consiente que perdure su altivez

Villavicenta
a pesar de sus años
le pone alegría a su cuerpo,
bien la alimenta
a su resina de enebro

Villavicenta
se puso hoy  un negro baby doll
una cinta roja atada debajo de su busto
que la rellena, que la hace de buen gusto

Ataviada siempre Villavicenta
con su artefacto de mucho uso que rechina
sus cuchillas  muelen su alimento
su disposición es su condimento
y todo lo que le piden le propina

De lo que era una poza tranquila
hoy sus aguas despliegan mágicamente
y al caer  en lluvia pertinaz crepita
y  un halo de frescura la juvenece


Villavicenta
de pie es una matrona cualquiera
hasta se diría ama de casa ejemplar
pero en la tarima es alacrán hembra
cuyo par de pedipalpos  es de podar

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