Fue un egipcio copto que ostentaba un nombre romano,
Plotino, quien durante diez años estudio
filosofía en dicha ciudad, estableciéndose
posteriormente de Roma.
Plotino era un hombre tranquilo y amable que llevaba
una vida asceta en medio del lujo de la roma imperial, a la sazón en el apogeo
de su gloria y poderío. Sostenía que el hombre es una triada de cuerpo, alma y
mente; que después de haber caído en la
cárcel del cuerpo aspira a la suprema virtud, la que puede alcanzar por la
transmigración del alma de una forma de vida a otra, según sus vicios o
virtudes en cada reencarnaciónDios es también una triada: unidad (hen), razón (nous) y alma (psyche). La unidad absoluta no puede intuirse con la mente; el hombre puede elevarse a él solo cuando el alma es divinamente poseída e inspirada (Plotino lo experimentó cuatro veces en seis años)
De la unidad emana los pensamiento de dios, la razón que gobierna el universo, desde los átomos hasta los planetas; el tercer aspecto de dios (psyche) imparte su vitalidad o energía a todas las cosas
Plotino predicaba la vida ascética y la contemplación de la naturaleza como medios eficaces para el logro de visión divina, la belleza, en cualquier de sus formas, es el camino a esta sublime experiencia, como el éxtasis, por el que el alma halla su origen divino y la felicidad
El neoplatonismo de Plotino, escrito con bellas imágenes en los 54 libros de la Enéadas, indujo a muchos romanos hastiados del mundo a desechar los placeres y las obligaciones temporales, por solaz de la contemplación espiritual. Plotino, último de los grandes filósofos de la antigüedad, representante del final del pensamiento griego y del comienzo de la filosofía teológica, fue una de las más vigorosas fuerzas espirituales que moldearon el cristianismo de la edad media, histórica ironía ésta, ya que el filósofo Plotino era un decidido adversario del cristianismo.
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