martes, 21 de octubre de 2014

El collar

Una niña entra a un bazar de regalos y observa detenidamente el escaparate  y luego dice al empleado: Este collar me gusta. El empleado ve que la niña saca un pañuelo anudado, lo desata y cuenta los centavos y oye que se dice: Creo que con esto alcanza.  Y a él: ¿No es así? El empleado no sabe cómo decirle que esas monedas no alcanzan para nada, pero oye a la niña decir:
Es que hoy es el cumpleaños de mi hermana y, ella, desde que murió mi mamá  es como una madre para mí y yo quisiera regalarle algo que la mereciera. Es tan buena…
Más aun, al empleado  se le hace  un nudo la garganta y, definitivamente, no sabe cómo negarle, entonces desvía  su mirada como pidiendo ayuda y recae  en el dueño  de la tienda, que tras él,  con los brazos cruzados estaba oyendo y viendo la escena, y éste ordena:
¡Envuélvele el regalo y acepta lo que te de!
Y la niña se va feliz con el collar y dando muchas gracias.

Luego, más tarde, llega una joven mujer con  el collar en las manos y pregunta:
-¿Es aquí donde vendieron este collar a mi hermana?
-Si, es aquí, intervino el dueño.
-¿Cuánto le ha pagado?
-Señorita, dijo afable, es política de la empresa no informar ese detalle pero sí le digo ha sido pagado con el más alto precio: el amor.

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