Hace poco la Tribuna de Imprenta del Rio publicó una información sensacionalista
(Haya de La torre prisionero de luxo…)
Tú [Luis Alberto Sánchez -carta a quién va dirigida-] sabes que Odría llama la prisión modelo. Y se refocila.
No hay nada igual al cerco de 400
hombres en permanente guardia, y círculos concéntricos hasta 10 a cuadras a la redonda. Siguen las trincheras,
siguen los reflectores nocturnos, los carros, las motos encendiéndose
puntualmente cada 15 minutos desde hace 3 años, 10 meses, de día y de noche.
Los soplones trepados en los árboles de los jardines aledaños, o empinados para
mirar por encima las bajas bardas. Han
cesado las injuria lanzadas (cuando aparecía
en los jardines) porque he aprendió un lenguaje de tropero y logré imponerme
a gritos. Ahora callan, miran. Son forajidos, muchos de ellos comunistas con carnet y con la revista 1952 en la mano. En lo alto de la azotea tengo una perrita doberman y
dos palomas que me obsequiaron en mi santo de 1950, tengo ahora veinte. Desde que llegué pongo
grano en mi balcón todos los días para
las tórtolas del bosque. Ya me conocen, los soplones les echaban hondazos pero
también logré a gritos obligarlos a respetar a los animalitos. Creían o dicen
que son mensajeras. Ahora amanezco con el ruidoso aleteo y con ese canto arrullador del cucú
que oía cuando era niño en la casa de mi abuela. Las otras, las blancas, completan este cuadro agradable y vienen a comer o formar bandadas en torno de
la casa. Eso es todo y lo demás es silencio…>
Escribe Víctor Raúl Haya de la Torre desde la embajada de Colombia,
asilado tres años, Lima, año 1952
No hay comentarios:
Publicar un comentario