martes, 28 de octubre de 2014

El responsero

Aquel hombre está enamorado de la joven
cuitas descubiertas por el padre de ella
Este  le carea, un día, a su hija, sola:
¿Qué profesión tiene?, mordaz, pregunta.
Ella calla. El padre  sabe a qué se dedica
Y balbucea despectivamente:
¡Orador de discursos fúnebres!¡Bah! ¡Un responsero!
¿Es eso una profesión? ¿Con  eso se gana la vida?
¿Con eso, piensa, mantenerte? Sentencia:
¡Es un pobre imbécil!

Otro día, el responsero se presenta en la casa
Se entrevista con su enamorada. No hay nadie más.
Sentados en el sofá de la sala ella observa con rigor a su pareja.
En silencio le cuestiona;  el joven  siéntese auscultado
baja la estima, baja también sus ojos.

 Esto le da valor a ella y verifica la situación,
Rompe el silencio: exige se levante,
y el responsero se levanta
¡Arrodíllate!, exige ahora.
Y el orador se arrodilla.
¡Lámeme el tobillo!
Él, creyéndole antojo  lo besa.
-¡Te he dicho  lamas, no que lo beses! Y él lo lame.
Ella, convencida le aparta y dice desparpajadamente:
-¡Mi papá tiene razón, eres un pobre imbécil!

 ( De película De fosa en fosa, de Jan Cvitkovil ,Eslovenia, 1967)

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