lunes, 12 de mayo de 2014

Una flor del parque


 
Cierta mañana cruzaba por un parque regresando a casa.

Masticaba la incomprensión de los hijos por los padres.

Pero era un parque engalanado de flores que una llamó mi atención.

Corté débil tallo y tenía en mi mano una dorada flor con veta azulina.

Cuando llegué a casa se lo planté en el peinado de mi madre.

-¡No!, me dijo quitándosela. No soy gitana. Déjame fea como soy.

 -Es una bonita flor que te va volver más bonita de lo que eres, dije.

-¡No, déjame! Me gusta mostrarme como soy.

-Pero es una flor creada por dios, tantee.

-¡No! Las flores se han hecho para el florero y se paña un ramo, no una.

 Entonces hice  ademán de volver a la calle diciendo: Voy por más.

Ella lo tomó como cierto y, rápida, me atajó.

-¡No, estás loco! La gente se va molestar por arruinar su jardín.

Como me vio riendo me preguntó ¿En verdad ibas a ir?

 Entonces también se puso a reír que es lo que quería.

(No se que va ser de mi vida el día que me faltara)

No hay comentarios:

Publicar un comentario