Llegó al Perú este italiano en 1850 porque en su país
había una división enconada entres
milaneses y diversa monarquías. Estuvo
40 años en el Perú de los cuales 20 años estuvo viajando.
Cuando llegó a Huanchar, Chavín, los residentes le
recibieron y le invitaron un almuerzo típico del lugar: una huatia con carne
variada para lo cual le invitaron a la mesa
que estaba en la arcada fuera de la casa porque la mesa era piedra larga de un solo trazo y ocupaba un
largo extenso y ancho de apenas, al cálculo,
de 25 cms. Raimondi mientras comía reparó que la mesa era
un monolito tallado y pujado en un jeroglífico que en ese momento por el polvo
que le cubría no pudo descifrar. Como hombre ilustrado, no tenía titulo alguno
pero era sabio en botánica, biología, arqueología, historia y otras disciplinas, intuyó que estaba ante un tesoro escondido y decidió comprarlo;
y tras una exacerbada puja acuerda finalmente el poseedor la venta en treinta
soles de oro antiguo.
Pero el problema era traerlo a su casa de Lima donde estaba su taller de refacción. El monolito media 5 metros
de largo y dos toneladas de peso y en ese tiempo los caminos eran estrechos,camino
para cabras y otros animales, no había vías carrozables, tuvo que agenciare de ingenieros
y dinamita para abrir paso hacia la capital en ardua labor.
Cuando los chilenos llegaron a Lima en la conflagración
de la guerra del pacífico se dispusieron saquear casas, residencias e instituciones
públicas como lo hicieron con nuestros
libros de la Biblioteca Nacional que se lo robaron y aun no nos devuelven.
Entonces Raimondi temió que saquearan la suya donde estaba el monolito e ideó colocar la bandera italiana en su propiedad de tal forma que los chilenos no entraran, de lo
contrario, se originaría un conflicto con Italia. Enterado de esa sapiencia de Raimondi el gobierno
de Italia ordenó que de su embajada y
residencias enviaran todas las cosas de
valor a Italia que, para ellos, era patrimonio de Italia pero cuando entraron
en la casa de Raimondi éste dijo:
-¡No, ese monolito no es Italia, es de los peruanos!
José Antoni Raimondi resumió su estancia en el Perú en
seis volúmenes y puso como titulo Mi Perú.
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