< Cuando era niña
vivía en la campiña de Tacna. Solía jugar en a huerta frente a la casa
con un niño que no se parecía en nada a los hijos de los lugareños y que, ahora
me doy cuenta, según referencia y literatura de extra terrestres era, en efecto,
un ET.
< Se me aparecía a mí solamente, jugábamos y, luego,
cuando me llamaban se desaparecía. Una vez a mí me dieron por desaparecida y me encontraron al
día siguiente al otro extremo del valle. Nadie se daba explicaciones cómo
aparecí ahí.
< Cuando tuve 31 años, casada, en Lima y de
profesión abogada mi hija de cinco años un día desapareció
de su cama y lo busqué en toda la casa y la encontré en el sótano del edificio
que era el garaje del condominio. Y estaba ante varios entes parecidos con los
que yo jugaba de niña, entonces grité: ¡A mi hija no, a mi hija no! Y les arrebaté
a mi pequeña y la subí por la escalera pero ellos me alcanzaron y me quitaron
mi niña y me adormecieron. Cuando desperté estaba yo en mi cama abrigada por la frazada bien tendida, yo, y mi hija en la pateadera Yo nunca la arropaba de esa manera.>
(Emisión radial)
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