miércoles, 28 de mayo de 2014

El gitano y los payos


 Una vez Goyiosto recibió unos payos (1) y generoso les recibió amablemente, les invitó  beber, a cenar y les dio alojamiento una semana. Goyiosto era un gitano bueno, asequible y bondadoso
¿Qué paso? Los payos se lo tiraron a su esposa.
Y Goyiosto  preguntó a los payos: cómo era posible que hicieran tal afrenta a pesar que le dio de beber, cenar y alojamiento. Los payos dijeron:
-¡Pero si eres un gitano! Además te vamos a dar dinero. Viven ustedes  miserablemente pero les vamos ayudar, cuenten con nosotros.
Pero esos payos nunca volvieron.
Goyiosto se enteró   que su mujer bajaba del campamento a la ciudad a reclamar a los payos el dinero que le debían.
 Un día  la interceptó en el bosque y la mato.
Te cuento, esto, Aniceto, para que nunca confíes en los payos.
(1)  Llaman los gitanos payos a los que para ellos son castellanos y en ese saco meten a todo el mundo que no sea gitano.



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