domingo, 24 de febrero de 2013

Sueño tan horrible...!


¡Que sueño tan horrible! Un gato no podía cerrar su hocico y barbotaba  espuma blanquecina, también por la nariz En mi confusión por ayudar al animal, con una mano tomé la mandíbula superior y con la otra, la inferior, dispuesto a juntar ambas, cuando, al hacerlo  sonó un ¡crac! espantoso y el gato volvió a cerrar el hocico y saltó de mi cama donde estaba. Luego volví la mirada hacia el cuadro de la virgen, encima de mi cabecera y ésta también tenía la boca abierta.

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