Tomo el Metropolitano, el expreso, desde el cono
norte para bajar en el paradero Canadá pero como el expreso no utiliza ese
paradero decido bajar en la estación central,
en el subterráneo, bajo el hotel Sheraton
y el Centro Cívico que era el edificio más alto del Perú y de ahí enlazar
He viajado sentado
en el asiento contrario al conductor del bus y, además, dormido Me desperté justo en la estación central, al
salir del bus, me confundo cuál carro tomar, en la playa de embarque. Doy importancia al hecho
de venir sentado en reversa, motivo de
mi confusión y no me daba cuenta que
para tomar los buses de sentido contrario había que cruzar las máquinas registradoras de pasajes Por los
tanto, debía tomar, si o si, el que a cada rato pasaba.
Una cantidad de
avisos pero no veo una que diga Canadá
Y no quiero preguntar Como estoy en el túnel no hay un
edificio que pueda ver y me sirva de referencia
Como un idiota
avanzo y retrocedo por el parqueo La única forma, pienso, es salir, subir la
escalera, ver la calle pero para volver tendría que pagar otro pasaje. No
puedo dar ese dispendio, además, no quiero preguntar
Hasta que por un tragaluz, una rampa de acceso del futuro tramo estación central –av.
Aviación que conectará los buses con el tren eléctrico veo los cornisamentos
del Palacio de Justicia, y me orienté.
El tiempo que quería ganar lo perdí estúpidamente ¡Cosa
de viejos! reniego.
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