sábado, 16 de febrero de 2013

Chabacano


Ha pasado tanto tiempo que la imprudencia que cometí con ciertas personas las recuerdo y quisiera acercarme a aquellas  y pedirle disculpas pero, creo, pasaría por  puntilloso extremo y estaría seguro que ni ellos mismos recordarían el hecho. Dos ejemplos. Cuando llegó al barrio (en la casa vieja)un joven apuesto  a enamorar a la única vecina hermosa que teníamos,  y, luego, se casó con ella, a las pocas semanas no encontramos en la panadería del barrio  y él respetuosamente –ya nos habíamos visto pero no presentados- se me acercó, y por su cuenta se presentó y para aclararme mejor  me explicó la ubicación de su casa , entonces,  le corté y  dije,  en una expresión chabacana que él no se merecía porque era la primera vez que conversábamos: “Ah sí,  conozco tu hueco” (por su casa) y, luego, seguimos conversando  (ahora recuerdo que sus ojos se endurecían)y nos despedimos pero, luego, quedé estupefacto cuando en el rigor  callejero hueco significa  sexo de  mujer.
Otro caso, en la casa vieja II, (o sea, actual) hacía una fiesta por los quince años de mi hija Había venido algunos vecinos del barrio y yo estaba contento  porque hasta la hora de servir la cena todo estaba bien; entonces, al repartir, yo, los platos entre mis vecinos consideré (de mi parte) con quien tenia mas confianza (error, no la teníamos, solo nos saludábamos cuando nos encontrábamos)  le hice una broma a  C. Le acerqué el plato de asado y antes que lo tomara le dejé  los brazos extendidos y se lo di al contiguo y dije, tontamente, haciendo la broma  “Usted puede esperar vecino”
- Claro, no hay problema, respondió y se rió nerviosamente.
 Luego, cuando volví y le entregué el suyo   lo recibió de mala gana y en un amén vi el plato  de él y su esposa en la mesa, conforme  estaban servido, y ellos se habían escabullido.
Por eso, ahora cuando asisto a una reunión tengo que cuidarme de mi  mismo, surgen los exabruptos intempestivamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario