lunes, 23 de julio de 2012

Discurso de los seis meses

Joven yo, aproximadamente,  catorce años
fue la última vez que me trajo mi padre a su pueblo
Yo, ya había alcanzado mi talla actual
pero era delgadito Parecía   tallo de perejil
A dos días de instalados en el  pueblo
mi padre me dijo "¡Vamos al Estadio Pumalla!"
Salimos al canto del pueblo
enrumbamos por un camino, casi recto,
al estadio,  afuera del pueblo,
Acompañado, tarde hermosa, recuerdo,
 por el trino de  chibillos, gorriones
bandada de papagallos que formaban un arco en la hoyada
Fila de molles, taros, sauces , eucaliptos
adornaban, aromatizaban el borde del camino
que nos  henchía el alma de alegría
En la falda del cerro, sembrados de maíz, trigo
se mecían a la caricia del viento.

Llegamos a una curva donde dejamos el camino real
Ascendimos una cuesta pequeña de glera y pedregal
y balaustrada hecha de piedras lajas,y sobre ellas,
la sombra de airampos, retamas y mas eucaliptos
Por ahí, mi papá tenía una de sus chacras
Me señaló, hicimos alto, nos sentamos en una piedra
Me dio pena la parcela pero no dije nada:
llena de brezales, grama, arbustos y mala hierba
Entonces  me contó
Que, su papá- mi abuelo, había fallecido hace un año,
casi, al cumplir los  noventa años-
mientras podía aun caminar, hacía el mismo recorrido
 que habíamos hecho
aunque para ir y volver al pueblo se demoraba un día
(¡Que otra cosa podía hacer un viejo olvidado! pensé
si lo que quieren es morir en su pueblo
no quieren ir al amparo de sus hijos ,si éstos,
por trabajar por los suyos, tienen que migrar lejos)
y llegaba con mucho esfuerzo a este bancal
tomaba su siesta recostado, bajo la sombra de un árbol
y cuando despertaba creía verle, a la otra banda,
por la pampa de Urcos  jalando  la rienda de la acémila,
que venia de Lima, eso creía.
Presuroso,  a como podía, volvía al pueblo
 y dábase a la pena cuando, otro, comprobaba,  era.
 Y cuando  me contaba  una lágrima rodaba por su mejilla

Llegamos, pues, al Estadio Pumalla Otra decepción para mi
De estadio no tenia nada Apenas amurallado los flancos largos
 y por los otros -tras los arcos- abierto a las siembras
Día particular Estábamos los dos solos en el terral
En ese tiempo  no tenia grass ni carretera de acceso
ni el colegio adyacente que hoy le goza
Mi padre había llevado una pelota de cuero
Nos pusimos a pelotear de un lado a otro
Y la pelota se alzaba alto y caía dando botes
Shoteaba desde un lado del campo hasta mi lado
y lo hacia bien, con fuerza y dirección
y así estuvimos peloteando el resto de la tarde
Este recuerdo como otros, cientos,
son lindos detalles, sentimientos buenos,  no se  esfumaran
ni debilitaran, por el contrario, se harán  fuertes cada vez mas
Esta semblanza, muestra de cariño que te doy
papá Nicanor, en esta tu casa de adobe
del que tanto me hablaste y tanto querías traerme otra vez
y, muchas veces, con disculpas tontas me negué ha venir
Pero aquí estoy querido padre Aquí estamos
con mis hermanos,  mi madre que tanto te extraña,
mi cuñado,  mi cuñadas,  además
la linda asistencia que nos ha visitado hoy
rendiéndote homenaje porque fuiste  hombre bueno
buen vecino, buen amigo,
 siempre dispuesto a colaborar al bien común
Linda asistencia a quienes, nosotros,  damos  abrazo fraterno
en esta ceremonia de los seis meses de la partida de mi padre
Y estoy seguro su voz estará presente
en el murmullo de la brisa que entra por la ventana y sube del río
o cuando, estimada concurrencia,
oigan  canturrear a un  zorzal en  las inmediaciones
estoy seguro, les estará agradeciendo su visita
Gracias.
 Q.D.D.G. Papá

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