domingo, 12 de julio de 2015

Poemas revisados: En la morgue



V2/Sueño/En la morgue/jrosual

En la morgue

Zeli estás fría, bueno, siempre tú has sido así,
Exangüe tu pulso pero hoy, ¡estás helada!

Sobre la mesa de cadáveres coinciden todas
Callan sus voces, expresión hueca e imprecisa,
En unas, y atisbos de lucha final en otras

Muestras el rictus de ser abandonada;
Haberte olvidado,  no me perdonaré nunca

Aquel  domingo llegó y tocó la puerta tu prima
Preguntó, primero,  traviesa, si conmigo dormías
Al  decir que no, dijo, de ti  nada sabían en tu casa

Y nos propusimos  buscarte en los hospitales
Por el sur por el norte en el centro en la periferia

Heme, pues, aquí,  a mí me ha tocado encontrarte
Rígida, desnuda, Zeli, hacia un lado tu cabeza

Como si no quisieras que te viera
Como si, dormida, esperaras despertar mañana
seguir la busca de mi amor que no te respondía

Rígida tu faz, tu manita empuñada,
Ha debido ser dura tu agonía en  este trance,
Haberte  relegado,  no me perdonaré nunca

Zeli, estás fría, bueno, siempre tú has sido así,
Exangüe tu pulso pero hoy, ¡estás helada!

¿Qué haces aquí tendida, sin abrigo, si  era yo
Destinado  irme primero? ¡Zeli, vamos a casa!
Aquella de tejas rojas jardín y verja que pintabas

Pregunto, quebrado, ante la mesa de autopsia
¿Por qué te has ido sin despedir? Oferta tardía:

Tendremos varios hijos como tú querías
Recibirá mi riego  la rosa de tu lozanía
El celador me levanta y dice: ¡Tramite su funeral!
En la calle, compungido, mi dolor un asiento busca

Digo, las personas que me estiman se van siempre
doy mal pago, generalmente, mancillo  expectativas
Y solo me quedo con quienes me dan indiferencia

Zeli, estás fría, bueno, siempre tú has sido así,
Exangüe  tu pulso pero hoy, ¡estás  helada!

¿Qué de mí, sin tu sonrisa  que me alumbraba?
¿Sin tu risa chavala, cantarina,  a mi ocurrencia?

Luego, sin saber donde iba he llegado al centro
Calles harto repasadas, cerca a la plaza Francia

Por el Internado donde tu familia no te recogía
Y fungías de conserje en  meses de canícula

Domingo por la mañana, calles frías,  casi vacías
Puente del Ejército, bruma del rio que se levanta
Rio enturbiado y vocinglero que baja de tu tierra

Me parece verte sentada sobre una roca en la niebla,
Salida del arco iris, creado en la garganta, río abajo,
Me llamas y me pides que me aviente a la crecida

La cobardía que siempre he tenido me impide,
Solo recuesto mis brazos sobre la balaustrada;
Y me despierto del sueño en un copioso llanto.


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